jueves, mayo 30, 2013

Las testigos del #11M acusaron ‘con total falta de fundamento’



  • EL MUNDO MADRID
  • 30/05/2013 PORTADA

Las testigos del 11-M acusaron 'con total falta de fundamento'

La Audiencia avala «la labor de investigación periodística» de EL MUNDO, que ha permitido imputar a las dos mujeres rumanas por falso testimonio en la identificación de Zougam

La Audiencia de Madrid ha despachado en los términos más contundentes la denuncia por coacciones contra el vicedirector de EL MUNDO Casimiro García-Abadillo y el redactor Joaquín Manso que interpusieron dos testigos rumanas imputadas por falso testimonio contra Jamal Zougam en el juicio del 11-M.
 
La falsedad del relato que hicieron las dos mujeres –y muy singularmente una de ellas– se pone de manifiesto en las expresiones rotundas que utiliza el tribunal para acreditar «la total falta de fundamento del contenido de la denuncia» y confirmar el infrecuente sobreseimiento libre, definitivo y con valor de cosa juzgada que había decretado el juez instructor.
 
La Audiencia avala que los reporteros llevaron a cabo «exclusivamente una labor de investigación periodística» –que ha permitido que se abra un procedimiento para aclarar si las testigos mintieron cuando identificaron a Zougam en los trenes– y constata «sin ningún genero de dudas la falta absoluta de fundamento para la imputación» de los dos periodistas.
 
Las dos denunciantes exhibieron sus acusaciones en sendos manuscritos, cuyo contenido se ha revelado como un embuste, pero que fueron propalados con gran boato por el diario El País sin contrastarlos con los afectados. En esos documentos, aseguraban que los periodistas les habían conminado bajo presiones y chantaje a que efectuasen una declaración exculpatoria de Zougam.
Pues bien, la testigo identificada como J-70 se retractó ante el juez y admitió que no había sufrido coacciones. La numerada como C-65, sin embargo, insistió en un relato falsario en el que incluyó amenazas durante una cita con los periodistas en una cafetería. Como recuerda la Audiencia, ella misma señaló esa reunión como «correspondiente al momento en el que sufrió los más graves ataques contra su libertad».
 
Este diario presentó la grabación de ese encuentro, cuya autenticidad confirmó la Policía Científica, para demostrar que ni una sola de sus aseveraciones era cierta. Esa mentira ya fue subrayada por el juez instructor: «Contrariamente a lo que la testigo señaló», la cinta «no recoge en absoluto una conversación en la que los denunciados intimidasen u obligasen, o intentasen hacerlo de algún modo, a la testigo para que colaborase con ellos».
 
La resolución justificaba que no se tomase ninguna iniciativa de oficio contra las denunciantes en que sus acusaciones, aunque hubieran sido ciertas, no incluían la imputación de conductas que alcanzasen la categoría de delito.
 
El juez concluía que este diario pudo acreditar que «en ningún caso se les requirió [a las testigos] para decir algo diferente a lo que era verdad ni en absoluto se les intimidó para que lo hicieran», por lo que, como solicitaba el abogado de EL MUNDO, Juan Luis Ortega, acordó un inhabitual sobreseimiento libre.
 
Al resolver ahora los recursos del abogado Gonzalo Boye –que fue colaborador de ETA en los 80– y de un letrado de la Asociación 11-M Afectados de Terrorismo –que preside Pilar Manjón–, la Sección Penal Segunda considera que aquel sobreseimiento libre se adoptó «de forma muy acertada» y se muestra «absolutamente acorde». El auto, redactado por el magistrado Luis Martínez de Salinas, remata con que «no hay en la causa el más mínimo indicio de la comisión de un hecho delictivo».
 
Por si no ha quedado claro, y a buen entendedor: «Total falta de fundamento del contenido de la denuncia»; «exclusivamente una labor de investigación periodística»; «sin ningún genero de dudas la absoluta falta de fundamento para la imputación»; «no hay en la causa el más mínimo indicio». Sobre la credibilidad de estas dos mujeres se sostiene, casi exclusivamente, la condena como único autor vivo del 11-M de Zougam, del que nunca se encontró ningún vínculo con la célula islamista.

La revelaciones de EL MUNDO provocaron que otra Sección Penal de la Audiencia, la Cuarta, ordenase imputar a las dos mujeres para investigar si «pudieron confabularse con la finalidad de alcanzar ciertos beneficios personales y económicos faltando a la verdad en las manifestaciones que realizaron en la vista del juicio oral».
 
J-70 no acudió a declarar contra Zougam hasta 11 meses después del atentado y lo hizo sólo 15 días después de que Interior le cerrase las puertas a las indemnizaciones, ya que los técnicos no la creyeron cuando dijo que fue herida en los trenes.
 
C-65 fue remitida a la Policía el 1 de abril de 2004 desde el Consulado, adonde había acudido con otra mujer, que dijo que iba con ella en el tren y también afirmó que había visto a Zougam. La Audiencia ya ha establecido que la citación del cónsul es «trascendental» para aclarar si esa acompañante era o no la testigo J-70 –las fuentes consultadas por este diario aseguran que no– pero la Embajada bloquea su comparecencia.

viernes, enero 18, 2013

Zougam, ante la juez: "Las testigos rumanas mintieron por dinero"

Principal condenado del 11-M

Zougam, ante la juez: "Las testigos rumanas mintieron por dinero"

El marroquí ha declarado en Plaza de Castilla y ha vuelto a defender su inocencia.


/ Luis del Pino

El principal condenado por los atentados del 11-M, y también el único condenado como autor material, Jamal Zougam, ha declarado este jueves en los juzgados de Plaza de Castilla (Madrid) en el marco de la causa donde se investigan a dos ciudadanas rumanas que dijeron ver al marroquí en el vagón que estalló en la estación de Santa Eugenia aquel fatídico día.

Actualmente, las testigos protegidos C-65 y J-70 se encuentran imputadas por un delito de falso testimonio. Durante la instrucción y posterior juicio por los atentados del 11-M, ambas mujeres declararon que habían visto a Jamal Zougam en el citado tren. Sus testimonios fueron claves a la hora de condenar al marroquí ya que no se encontraron huellas del mismo en los coches o domicilios que se utilizaron para perpetrar los atentados del 11-M.

Posteriormente, a través de unas informaciones publicadas por el diario El Mundo, se evidenció que las ciudadanas rumanas podrían haber faltado a la verdad.

Pero lo cierto es que pese a las múltiples incógnitas que rodean a la masacre de Madrid, por primera vez una juez ha escuchado la versión del principal condenado y de su familia después de que el 11-M fuera sentenciado en firme.

Durante su declaración, según ha podido saber Libertad Digital, Jamal Zougam ha relatado detalladamente lo que hizo la noche del 10 de marzo de 2004 y la mañana del día 11 de marzo, cuando la noticia de la explosión de las bombas de los trenes le pilló durmiendo en casa. La noche anterior, tal como publicó este periódico en su día, Jamal Zougham estuvo en un gimnasio de la Plaza Elíptica de Madrid, donde los empleados del gimnasio le sitúan a las 12 de la noche. De modo que tampoco podía a esa hora encontrarse en la casa de Morata de Tajuña donde la versión oficial dice que se montaron las bombas.

"Mintieron por dinero"

Sobre las ciudadanas C-65 y J-70, el condenado como autor material del 11-M ha declarado que las "testigos rumanas mintieron por dinero" cuando le inculparon. Jamal Zougam está convencido de que ambas mujeres dijeron haberle visto en aquel tren de Santa Eugenia para a cambio recibir generosas indemnizaciones del Estado español.

Lo cierto es que la testigo J-70 tardó un año en denunciar a Zougam, y lo hizo justo dos semanas después de que se desestimase por segunda vez su solicitud de ser considerada víctima y se descartase que fuera en los trenes de los atentados. En quince días se convirtió en testigo protegido y fue declarada víctima de los atentados y cobró una indemnización de 48.000 euros.

Por su parte, la testigo C65 y su marido consiguieron tras inculpar al marroquí la nacionalidad española y casi 100.000 euros de indemnización.

Junto a Zougam han declarado durante cuatro horas y media ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 39 de Madrid, Belén Sánchez, por este orden su madre Aicha, su hermanastro Mohamed Chaoui y su hermana Samira. Todos ellos han coincidido en afirmar que vieron el 11de Marzo de 2004, a la hora en que produjeron los atentados, a Jamal Zougam durmiendo en su casa, según informan las mismas fuentes consultadas.

Su hermana ha testificado que se levantó a las siete de la mañana para irse a trabajar y que mientras que estuvo en casa vio en la televisión las terribles imágenes que llegaban de los trenes. En ese momento, asegura que Zougam estaba durmiendo en la misma habitación que su hermano Mohamed Chaoui. Por su parte, éste ha declarado también que Jamal Zougam se encontraba a primera hora de la mañana en el domicilio familiar y que ambos se ducharon de forma seguida.

Estos testimonios tienen una gran relevancia ya que podría abrir la puerta a una posible revisión de los hechos probados en la sentencia del Tribunal Supremo donde se cerró la investigación del 11-M.



http://www.libertaddigital.com/espana/2013-01-17/zougam-ante-la-juez-las-testigos-rumanas-mintieron-por-dinero-1276479638