Los sindicatos reviven el 11-M contra Rajoy
     EL  MUNDO
       EDITORIALES
       12/03/2012
       
       Los actos de homenaje en memoria de las víctimas del 11-M se       celebraron ayer, como cada año, bajo el signo de la división. Sin       embargo, el hecho diferencial de este octavo aniversario de la       tragedia fue la jornada de agitación contra el Gobierno convocada       por los sindicatos como aperitivo de la huelga general del 29-M. Y       lo hicieron con la ayuda entusiasta de la asociación que preside Pilar         Manjón, que en el acto celebrado en Atocha arremetió con       dureza inusitada contra EL MUNDO, la juez Cillán, el fiscal       general y todos los que quieren seguir investigando los atentados.       Manjón censuró la entrevista publicada con Zougam y se mostró       convencida de que «si el asesino hubiera sido Txapote y EL MUNDO       fuera Gara, ya estaría cerrado». Suponemos que Manjón no quiere       decir con ello que este periódico fuera cómplice de los asesinos       que pusieron las bombas en los trenes. Además, añadió que         estaría «encantada» de que el atentado del 11-M lo hubiera         cometido ETA porque así podría estar en el Parlamento       Europeo. La referencia a las eurodiputadas Mari Mar Blanco y       Teresa Jiménez Becerril, hermanas de dos asesinados por la banda       terrorista, es de un pésimo gusto. Aunque quizá lo más       incomprensible de su intervención es su insistencia en que ya         se sabe todo del 11-M y que los presuntos delitos que se       pueden investigar a raíz de la aparición de los restos de uno de       los trenes «ya habrían prescrito». Una víctima del terrorismo       parece la persona menos propicia para propugnar la prescripción de       los presuntos delitos cometidos durante la investigación.
       
       Manjón ha optado por el activismo político, demostrando que le         puede más el odio a quienes no comparten sus ideas que el dolor         por la muerte de su hijo. Sin embargo, sus excesos son       menos importantes que su papel principal, que no es otro que poner       la emoción al servicio de un planteamiento estratégico       meticulosamente calculado por parte de la izquierda sindical y       política. Eso es lo que se desprende de las intervenciones de los       líderes sindicales madrileños. Javier López, de CCOO, usó       la expresión «nuestros muertos» para a continuación acusar       al Gobierno de buscar «el enfrentamiento civil». Mientras que José         Ricardo Martínez, de UGT, expresó bien a las claras cuál es       el objetivo sindical: reeditar en la calle las movilizaciones       contra Aznar por la Guerra de Irak, volviendo a la consigna de las       «mentiras» del PP. «Entonces nos mintieron y ahora quieren         seguir mintiéndonos». El 11-M de Aznar desemboca así -ocho       años después- en la reforma laboral de Mariano Rajoy. UGT y CCOO,       apoyados por IU y dirigentes del PSOE, sacaron ayer a la calle a       decenas miles de personas en toda España amenazando a Rajoy con       mantener la tensión más allá de la huelga general. Es difícil         no coincidir con la presidenta de la AVT cuando califica de         «indigna» la decisión sindical de mezclar la protesta contra la         reforma laboral con la conmemoración de la masacre.
       
       No lejos de Atocha, en el Bosque del Recuerdo situado en el       Retiro, las otras dos asociaciones que agrupan a víctimas del 11-M       celebraron un acto al que asistió el ministro Gallardón       que fue bien distinto del protagonizado por Manjón y los       sindicatos. Hubo recuerdo, silencio, música y Ángeles Pedraza         no cargó contra nadie. Se limitó a reiterar que el 11-M no       es «un caso cerrado» y que las víctimas quieren que «se conozca       toda la verdad» para que los delitos no queden «impunes». La       división de las víctimas de estos atentados no es una realidad       deseable, pero hay que subrayar el diferente clima de las dos       celebraciones. Mientras que Manjón y los sindicatos utilizaron el       11-M como arma arrojadiza, las otras dos asociaciones se limitaron       a recordar a los 191 muertos y miles de heridos, y a reiterar su       derecho a saber toda la verdad.
       
       UGT y CCOO utilizan el 11-M contra la reforma laboral
       LUIS ÁNGEL SANZ MADRID
       12/03/2012 PORTADA
       «Quienes nos mintieron nos quieren seguir mintiendo», asegura         el líder de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez
         «Enfrentan a víctimas con víctimas, mujeres con mujeres, parados         con empleados», dice Javier López, de CCOO
         Pilar Manjón arremete contra el fiscal general del Estado y EL         MUNDO entre aplausos de los sindicalistas asistentes
       
       Los líderes sindicales que ayer convocaron a decenas de miles de       trabajadores para protestar contra la reforma laboral utilizaron       uno de los homenajes a las víctimas del mayor atentado de la       historia de Europa para atacar al PP y al Gobierno. Y para       protestar contra la nueva regulación del mercado de trabajo. El       líder de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, aseguró que       «quienes nos mintieron [el 11 de marzo de 2004, en referencia al       Gobierno de Aznar y al PP], quienes nos manipularon, quieren       seguir mintiéndonos».
       
       El secretario general de CCOO de Madrid, Javier López,       acusó por su parte al PP de «no dejar en paz a nuestros muertos» y       de empeñarse «en enfrentar a víctimas con víctimas (...) a parados       con quienes ellos dicen que tienen el privilegio de tener trabajo.       Habrá quien enfrente a las mareas rojas con las mareas azules       (...)»
       
       El homenaje que ayer organizaron en la estación de Atocha la asociación         11-M Afectados por el Terrorismo, presidida por Pilar         Manjón, UGT, CCOO y la Unión de Actores se convirtió       en un ataque contra el PP y el Gobierno a cuenta de las       manifestaciones contra la reforma laboral. Y durante el discurso       principal, el de Manjón, en una diatriba contra EL MUNDO, el       fiscal general del Estado y la Justicia.
       
       El secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez,       aseguró que él recuerda a quienes el 11 de marzo «nos mintieron,       recuerdo a quienes nos manipularon, recuerdo a quienes nos       hicieron sentir vergüenza de nuestros representantes».
       
       Javier López, de CCOO, hizo varias referencias a «nuestros       muertos» -concluyó proclamando «vivan nuestras víctimas del 11 de       marzo»-. Pero acusó al PP de «enfrentar a víctimas con víctimas».       López denunció que el PP y ahora el Gobierno «se empeñan en       enfrentar a mujeres con mujeres en torno a eso que llaman       violencia estructural de género». «Habrá quien enfrente a parados       con quienes ellos dicen que tienen el privilegio de tener un       trabajo», continuó, «habrá quien enfrente a las mareas rojas con       las mareas azules».
       
       Tras ellos, las palabras de Pilar Manjón destilaron       agresividad y odio, en especial contra este periódico -al que       acusó de «ultrajar» a las víctimas-, y contra las «teorías       conspiranoicas». Manjón acusó a este diario de haber       adoptado una «actitud mafiosa» contra «dos víctimas» para que       retiren su acusación contra el principal condenado por los       atentados, Jamal Zougam.
       
       Y dijo que el periódico ha abanderado «una campaña en defensa de       la inocencia de un malnacido terrorista». La madre de una de las       víctimas de la masacre recordó la fotografía de Zougam desde la       cárcel publicada en la portada de EL MUNDO y se preguntó: «Si el       asesino fuera Txapote y el periódico fuera Gara, el diario estaría       cerrado». La insinuación de que este periódico debería cerrarse       fue acogida con un gran aplauso por parte de los presentes.
       
       Además, Manjón acusó a EL MUNDO de haber «publicado       barbaridades» sobre otra víctima, Laura Vega, que está en coma.       El suplemento CRÓNICA publicó un respetuoso reportaje sobre ella       junto al que se reprodujeron unas imágenes de la víctima con la       cara oculta para no difundir su imagen. El Juzgado 82 de Madrid       determinó en primera instancia que este diario no había lesionado       su honor. Ahora, la Audiencia de Madrid ha condenado al diario a       pagar 34.000 euros a su familia. Esta sentencia va a ser recurrida       ante el Tribunal Supremo.
       
       «Estaríamos encantados de que hubiera sido ETA», dijo en otro       momento, «y de que el explosivo hubiera sido Titadyn». De esa       forma, continuó, «podríamos pertenecer a cualquier gobierno, al       Gobierno vasco, ser eurodiputadas, sin que se nos denomine       politizadas, o se diga que vendemos a nuestros muertos por un       partido o un sindicato, o que hemos engordado con el dinero de la       sangre de los nuestros». Según Manjón, «incalificables       personajes desde sus tribunas mediáticas» han «insultado» la       memoria de las víctimas.
       
       Manjón no se conformó con atacar a EL MUNDO. De la juez Coro         Cillán, que está investigando varios supuestos delitos       cometidos en la recogida de pruebas, entre ellos el de       encubrimiento, aseguró que «ha sido capaz de volver a remover       todos los bulos y mentiras del 11 de marzo».
       
       Para Manjón, el 11-M es un caso cerrado, ya que los       atentados «fueron dirigidos y financiados por el emir de Al Qaeda       [Bin Laden], inspirados por él y perpetrados por un elenco de       individuos de ideología yihadista». «Los criminales de este caso       están juzgados con todas las garantías y hay tres sentencias que       lo afirman», aseguró rotunda.
       
       Por último, arremetió contra el fiscal general del Estado, Eduardo         Torres-Dulce, por ordenar que se indague la aparición de       unos restos de los focos. Según dijo, «su decisión de investigar       lo profusamente investigado» emana «de la manipulación repugnante       de unos conspiranoicos fanáticos que están fanatizados y       mediatizados sólo para intentar demostrar que no fueron       yihadistas».
       
       Manjón quiso recordar al fiscal que el delito de       obstrucción a la justicia prescribe a los cinco años -hace ocho de       la masacre-, y aseguró que con sus decisiones «va a conseguir que       dejemos de creer en la justicia democrática». «Enhorabuena, señor       fiscal», le espetó, «hará carrera, lamentamos que se haya perdido       tan buen crítico para los Goya».
       
       «No tenemos fines políticos, sólo queremos saber qué pasó».
       MANUEL MARRACO MADRID
       12/03/2012 ESPAÑA
       
       Ana, víctima del 11-M, responde a las palabras de Manjón
       
       «Somos individuos sin finalidad política, que sólo queremos saber       qué ha pasado. A los que nos llaman conspiranoicos les diría que       somos gente coherente, comprometida con la verdad y la Justicia».       Lo dijo ayer por la tarde, con voz serena, Ana Galante,       una chica menuda y sonriente que hace ocho años estaba en uno de       los trenes del 11-M y que sintió la necesidad de defenderse ante       las duras palabras lanzadas horas antes por otra víctima, Pilar       Manjón.
       
       Ana era la voz de las víctimas en el acto organizado ayer por la       Asociación de víctimas Voces contra el Terrorismo en un       lugar emblemático para las víctimas: en Alcalá de Henares.
       
       La frase de Ana, que consideró como «una falta de respeto» que los       sindicatos se manifestaran ayer, arrancó con sus palabras los       aplausos del público que abarrotaba el salón de actos del palacio       arzobispal.
       
       También provocó los aplausos el vicedirector de este diario cuando       elogió que «el olfato ciudadano» lleve a pedir mayoritariamente,       como reflejaba una encuesta de EL MUNDO el domingo, «que se siga       investigando, porque no se sabe quién cometió el atentado ni quién       lo organizó». Tras resaltar el respeto que le merece alguien que       ha perdido a un hijo en el atentado, respondió a las palabras         de Manjón: «Lo que ha dicho es falso y lo que hemos publicado es         cierto».
       
       Y arrancó aplausos la abogada Manuela Rubio, cuando tras       relatar todas las trabas oficiales -y amenazas anónimas- que       sufrió en la instrucción y juicio del 11-M dijo que ella «la       querella a Sánchez Manzano [el ex jefe de los Tedax] se la hubiera       puesto al juez Del Olmo y a la fiscal Sánchez». La letrada recordó       que los obstáculos no sólo le llegaron de jueces y fiscales, sino       que la asociación de Manjón llegó a pedir en la Audiencia         Nacional que condenaran a las víctimas que representaba a pagar         las costas judiciales por haber pedido sin éxito la reapertura         del sumario.
       
       Las preguntas del Carlos Cuesta, presentador de Una mirada       a el mundo en Discovery Max, también se dirigieron a Antonio         Iglesias, uno de los peritos del 11-M. «¡La cantidad de       zancadillas y porquerías que nos hicieron para intentar desvirtuar       el hecho analítico es increíble», llegó a exclamar el autor de       Titadyn. Lo atestiguaba desde primera fila Gabriel Moris,       padre de un fallecido en el 11-M, perito en el juicio e impulsor       de muchas de las peticiones de reapertura de la investigación.
       
       A Moris se refirió expresamente José Alcaraz, presidente       de Voces contra el Terrorismo. «Me da igual un 48% de       apoyo», dijo refiriéndose de nuevo a la encuesta, mientras haya       alguien como Gabriel Moris que lo pida». «No sé si llegaremos         a saber la verdad», concluyó, «pero buscarla es un imperativo         moral».
       
       Pedraza: «Es un caso abierto más que nunca»
       LUIS ÁNGEL SANZ MADRID
       12/03/2012 ESPAÑA
       
       La presidenta de la AVT también denuncia que «un final impune         de ETA sería un fraude»
       
       La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo         (AVT), Ángeles Pedraza, también madre de una víctima mortal       de los atentados del 11-M, hizo el discurso contrario al       pronunciado dos horas antes por Pilar Manjón en el otro       homenaje. Pedraza proclamó ayer que el 11-M es «un         caso abierto» en el que «quedan muchos detalles por esclarecer».       Por eso, pidió al Gobierno, a los jueces y a todos los que tienen       responsabilidades públicas «decisión y valentía» para investigar       los hechos y que se conozca toda la verdad.
       
       Pedraza protagonizó un acto en el Bosque del Recuerdo del       parque del Retiro, un espacio dedicado a las 192 víctimas de la       matanza en el que estuvo arropada por el Gobierno       -representado por el ministro de Justicia, Alberto         Ruiz-Gallardón, la delegada, Cristina Cifuentes, y       el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce-, por       la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y dirigentes         del PP y de UPyD.
       
       La presidenta de la AVT denunció que los últimos han sido unos       «años de plomo» para las víctimas porque «nos han pedido que nos       callemos, que nos olvidemos de todo con el pretexto de que ya hay       una sentencia judicial». Una sentencia sobre el 11-M que       «respetamos», afirmó, «pero que no puede obligarnos a dejar de       recordar» que «el 11-M no es un caso cerrado porque sigue habiendo       muchos detalles por esclarecer».
       
       Para Pedraza, «la justicia nunca será completa, o mínimamente         reparadora, hasta que no se sepa toda la verdad de lo ocurrido         aquel terrible día de marzo».
       
       «Lo recordamos cada año: el 11-M es un caso abierto y ahora lo es       más que nunca», dijo, en referencia a las últimas investigaciones       sobre posible ocultación de pruebas y a la decisión del fiscal       general de continuar investigando uno de los mayores atentados de       la historia de Europa.
       
       «Este 11 de marzo de 2012 es un día para reclamar y luchar por la       verdad, la dignidad, la memoria y la justicia de todas las       víctimas del terrorismo. Pero no olvidemos que dignificar a las       víctimas del terrorismo no sólo consiste en hacer homenajes y       reconocimiento. Para dignificar a las víctimas hay que hacer       justicia», añadió.
       
       Por eso, emplazó a todos a «seguir investigando hasta el último       punto todos y cada uno de los atentados sin resolver, desde el       11-M hasta los más de 300 de ETA».
       
       Pedraza resaltó que el 11-M es el Día Europeo de las Víctimas         del Terrorismo. Y por eso quiso recordar también a las más       de 800 víctimas mortales de ETA. Y lo hizo reclamando un «fin       justo» del terrorismo etarra que «no signifique impunidad para los       asesinos». «Un final impune del terrorismo en el que no se conozca       toda la verdad y no se rescate la memoria y la dignidad de las       víctimas sería un fraude, una trampa y una mentira», proclamó.
       
       Pedraza exigió que se produzca «la derrota total de los asesinos»       y para eso considera indispensable «la desaparición definitiva de       ETA, la entrega de todas las armas, la colaboración con la       justicia, el esclarecimiento de más de 300 casos sin resolver, el       cumplimiento íntegro de las penas, el arrepentimiento y el       reconocimiento del daño causado y la salida de los testaferros       políticos de los terroristas de las instituciones», en referencia       a Bildu y Amaiur.
       
       Las palabras de Pedraza fueron escuchadas atentamente por Ruiz-Gallardón       y por los demás dirigentes del PP presentes, entre ellos el número       dos del PP vasco, Iñaki Oyarzábal. Ellos ahora defienden       la nueva línea oficial del partido que se opone a iniciar un       proceso de ilegalización para sacar de las instituciones a los       sucesores de Batasuna, como ha reclamado sin éxito en el Congreso       UPyD.
       
       Pedraza aseguró que los representantes sindicales «no tienen         corazón, no tienen alma y son indignos» por haber convocado       la marcha contra la reforma laboral en el día de ayer. «Tenían 365       días para hacerlo en lugar de éste», criticó, con lo que       «pisotean», dijo, la memoria de las víctimas. «Han tenido ocho       años para manifestarse por muchísimas cosas y nunca lo han hecho.       Hoy es una vergüenza que lo hagan», concluyó.
       
       La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, por su       parte, hizo público ayer un comunicado en el que denuncia que los       terroristas del 11-M «están aún por determinar». «Las víctimas no       nos resignamos a que los responsables y sus cómplices continúen       todavía hoy fuera del alcance de la justicia». La asociación       mostró su apoyo a EL MUNDO y a otros medios de comunicación en la       investigación del 11-M.
       
       La organización concluyó mostrando su «esperanza en el sistema       judicial español» para que se terminen aclarando los hechos del       11-M.
       
       11-M: Tesis, antítesis, síntesisCASIMIRO GARCÍA-ABADILLO
       12/03/2012 ESPAÑA
       
       Han pasado ocho años desde aquel terrible e inolvidable 11 de         marzo en el que 192 personas murieron a consecuencia de un         sanguinario atentado.
       
       Éste no es un aniversario más. Es el primero en el que el         Gobierno de España no lo controla el partido que fue         beneficiario de la matanza, aunque el PSOE no tuviera nada       que ver con ella y su victoria pueda considerarse absolutamente       legítima desde el punto de vista democrático.
       
       Pero una cosa es que no se pueda poner en cuestión el triunfo       socialista y otra muy distinta que cerremos los ojos ante una       evidencia: sin atentado, el PP seguramente habría ganado.
       
       Recordaré sólo la encuesta que publicó el diario El País el día 7       de marzo de 2004 (una semana antes de los comicios y, por tanto,       cuatro días antes del atentado). El citado sondeo daba cuatro       puntos de ventaja al PP (42% frente al 38% del PSOE). Además, el       67% de los encuestados pensaba que el próximo presidente sería Rajoy,       mientras que sólo un 11,6% creía que lo sería Zapatero.
       
       Es evidente que el atentado tuvo una motivación política. El       entonces director del CNI, Jorge Dezcallar, en su       comparecencia en el Congreso de los Diputados en la comisión de       investigación sobre los atentados, afirmó que «la elección de la       fecha -de la masacre- no fue casual».
       
       El director del FBI, Robert Mueller, en una comparecencia       ante los medios de comunicación el 26 de junio de 2004, recalcó       que los atentados de Madrid se hicieron con el objetivo de         cambiar el resultado de las elecciones.
       
       Es decir, que la matanza no era un fin para los terroristas,         sino el medio para conseguir un objetivo político.
       
       Si eso no se tiene en cuenta no se entiende lo que ha sucedido       desde entonces.
       
       La tesis del Gobierno de Zapatero ha sido la misma que       motivó las movilizaciones previas al día de los comicios del 14-M:       el atentado del 11 de marzo fue la consecuencia de la venganza de       Al Qaeda por la intervención de España en la guerra de Irak. De       hecho, así se expresó en el escrito de conclusiones de la Fiscalía       previo a la apertura del juicio oral que tuvo lugar en 2007.
       
       Aunque los jefes policiales orientaron la instrucción de Del Olmo       en ese sentido, no se pudo probar ninguna conexión entre los         presuntos autores del atentado y Al Qaeda.
       
       La tesis de un autor intelectual conectado directamente con la       organización de Bin Laden se desmoronó durante la vista oral, a       pesar de que la Fiscalía situó en la cúpula del grupo que llevó a       cabo el atentado a tres islamistas distintos.
       
       Al margen de alimentar esa falsa teoría, algunos jefes         policiales se encargaron de abortar cualquier intento de sus         subordinados de seguir pistas que podían llevar por otros         derroteros.
       
       Ese vicio de origen (que la investigación no perturbara la tesis       oficial) contaminó la instrucción y ha impedido que, ocho años,       después, aún no sepamos la verdad sobre lo ocurrido.
       
       El único encarcelado como autor material de la matanza, Jamal         Zougam, fue condenado, fundamentalmente, como consecuencia       de dos testimonios que, a la luz de los hechos revelados por EL       MUNDO, resultan más que dudosos.
       
       Pero es que, sin la detención de Zougam justo 24 horas antes         de las elecciones, el carácter islamista del atentado se habría         quedado en pura especulación.
       
       El comisario jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, tiene un       papel clave en el asentamiento de la tesis oficial, basada en que       el explosivo utilizado por los terroristas fue Goma 2 ECO       sustraído de Mina Conchita por la banda de Jamal Ahmidan, El         Chino.
       
       Pero la sentencia ni siquiera pudo establecer como un hecho       probado esa hipótesis, porque los escasos y deteriorados restos       sobre los que trabajaron los peritos judiciales sembraron más       dudas que certezas. Es más, los componentes hallados en uno de los       focos se corresponden con el explosivo Titadyn y no con los de la       Goma 2 ECO.
       
       Uno de los secretos mejor guardados de ese gran misterio que es el       11-M es por qué Sánchez Manzano goza de tanta protección.       Es evidente que el jefe de los Tedax mintió a Del Olmo cuando dijo       que no se había podido determinar el tipo de dinamita que estalló       en los trenes. Y también lo es que mintió al propio tribunal.
       
       Cuando el juez Gómez Bermúdez dijo aquello de que algunos       de los testigos irían «caminito de Jerez», apuntando a una       imputación por falso testimonio, se estaba refiriendo a Sánchez         Manzano. ¿Por qué no fue procesado entonces?
       
       Las asociaciones de víctimas (la Asociación de Ayuda y,       posteriormente, la AVT) iniciaron una acción penal contra el       comisario jefe de los Tedax, que, una vez admitida a trámite, fue       avalada incluso por el propio fiscal. A pesar de que los       testimonios de sus subordinados pusieron de manifiesto que Sánchez       Manzano fue responsable de la desaparición de cientos de restos de       los focos de las explosiones, la Sala de la Audiencia         Provincial ha cerrado el caso al entender que los hechos ya       fueron juzgados.
       
       Por otra parte, la titular del Juzgado número 39 de Madrid ha       decidido también rechazar la querella de Zougam por falso       testimonio contra las testigos protegidos.
       
       ¿Está entonces cerrado judicialmente el 11-M? Yo diría que no. Al       margen de los recursos interpuestos en las dos querellas antes       mencionadas, el cambio de gobierno ha provocado un hecho relevante       y positivo, como ha sido la decisión del fiscal general de       ordenar una investigación sobre uno de los restos de los trenes       descubierto por Libertad Digital.
       
       No creo, sin embargo, que el cambio de gobierno altere       sustancialmente las cosas. Si las asociaciones de víctimas se       preguntan qué puede hacer Rajoy en este asunto, yo les diría que       lo mejor es que no haya interferencias políticas. Que los         fiscales, jueces y policías actúen con criterio profesional.       Nada más y nada menos.
       
       Como puede comprobarse, tras ocho años, siguen apareciendo       elementos nuevos que ponen en cuestión la sentencia dictada por la       Audiencia Nacional. Los periodistas no podemos darnos por vencidos       en nuestra labor de intentar descubrir la verdad.
       
       Como dijo el propio juez Bermúdez en una entrevista       concedida en 2006 a EL MUNDO: «El juicio del 11-M no es         universal. Si aparecen hechos nuevos, podrán abrirse nuevas         investigaciones». Nuestro compromiso sigue siendo el mismo       que en 2004.       
       El error Manjón
       SANTIAGO GONZÁLEZ
       12/03/2012 ESPAÑA
       
       Entre todos los días del año, los sindicatos tenían que escoger         éste para calentar a sus bases en el camino hacia la huelga         general. Los ejércitos se preparan espiritualmente ante una         ofensiva con una misa de campaña y los sindicatos, junto a la         United Artists y la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo,         celebraron una en Atocha.
       
       Ofició el acto Pilar Manjón, «una dolorosa laica», en atinada       greguería de Arcadi Espada, «viuda de su propio hijo», escribió el       maestro Umbral cuando su comparecencia parlamentaria. Es Manjón       una mujer enlutada de por vida, cuyo dolor respeto absolutamente,       aunque no pueda hacer lo mismo con sus ideas ni con la expresión       pública de éstas.
       
       Siempre me ha llamado la atención esa denominación de su       asociación. El lehendakari del Gobierno vasco ha señalado -y en       esto acierta- la capacidad de la izquierda abertzale para       practicar el victimismo, o sea, hacerse pasar por víctimas sin       serlo. En estricta correspondencia, hay víctimas que no       reivindican la denominación de tales.
       
       Cada vez que leo ese nombre, con su doble sustitución (afectados       por víctimas y del en lugar de por el) me parece que remite a una       catástrofe natural; afectados casa mejor con las inundaciones, el       pedrisco o la sequía. El cambio de preposiciones parece remitir       más bien a una epidemia, como afectados del cólera o de la gripe       A.
       
       Pasa a veces y es un solecismo relevante. Ha sucedido con el       terrorismo etarra. El 22 de febrero de 2001, al cumplirse el       primer aniversario del asesinato de Fernando Buesa y su escolta,       el Departamento de Interior del Gobierno vasco insertó esquelas en       los periódicos vascos: «Fallecieron el 22 de febrero de 2000», sin         más precisiones. El viernes pasado se cumplieron 11 años del       asesinato en Hernani del ertzainaIñaki Totorika Vega. «Falleció»,       dictaminaba su propia familia en la esquela publicada en El       Correo. Tal vez no sea ajeno a todo esto el hecho de que más         de la tercera parte de los asesinatos de ETA esté sin esclarecer         policialmente.
       
       Vistas así las cosas, no se entiende que el discurso de Manjón       no canalizara su odio, afán de venganza o sed de justicia hacia       los asesinos del 11-M y el integrismo que inspiró la matanza, sino       contra la llamada teoría de la conspiración, los medios que están       en ella y el fiscal general del Estado, a quien dedica un       comentario sarcástico tan chirriante como inadecuado.
       
       Me considero un afectado por ese raro fenómeno meteorológico       que es el terrorismo etarra. Ha condicionado mi vida, como la de       cientos de miles de personas, pero no soy una víctima. Si lo       fuera, agradecería en el alma los esfuerzos de quien exigiera más       investigaciones para descubrir inductores, cómplices y       colaboradores necesarios en el asesinato de mi ser querido,       estaría más cerca del discurso de Ángeles Pedraza que del que leyó       Pilar Manjón y no podría asumir un discurso orientado contra los       partidarios de más investigación y no contra los terroristas que       pusieron la bomba. Toda pesquisa me parecería poca, aunque no creo       en la conspiración.
       
       No es cierto, con todo, que haya dos Españas. Si las hubiera,         nos iríamos de cabeza a la otra.