miércoles, septiembre 16, 2009

[AR] Una confesión comprometida para Manzano



Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
OPINION
EDITORIAL

Una confesión comprometida para Manzano

EL CONTENIDO DE LA DECLARACIÓN DE Sánchez Manzano ante la juez que instruye la querella presentada por las víctimas por ocultación de pruebas, denegación de auxilio a la justicia y falso testimonio en la investigación del 11-M deja en una situación muy comprometida al ex jefe de los Tedax desde el punto de vista del incumplimiento del reglamento interno del cuerpo y también en lo que se refiere a sus posibles responsabilidades penales. El ex comisario, responsable de recoger las muestras en los focos de las explosiones, admitió que ordenó destruir casi todos los restos por considerar que eran simples «objetos» y no pruebas, muestras o vestigios útiles para la determinación del tipo de explosivo empleado en los atentados. Hay que recordar que a la Audiencia Nacional sólo llegaron 23 muestras procedentes de los 12 focos del 11-M. Según la declaración de Sánchez Manzano, fueron los Tedax a sus órdenes los encargados de seleccionar qué restos debían ser conservados y cuáles no. Con esta confesión, Manzano ya está admitiendo haber vulnerado el reglamento interno del cuerpo que él mismo dirigía, que desde 1989 establece que a la unidad central «le corresponde la custodia a disposición de las autoridades judiciales de los restos de explosivos». Está bien claro que su obligación era custodiar los restos, no decidir cuáles eran «muestras» para la investigación de los explosivos y cuáles no eran más que «objetos» sin valor pericial. Sólo la autoridad judicial podía tomar la decisión de destruir estos restos. Pero hay más. El ex jefe de los Tedax no pudo precisar qué pasó con algunos de los restos seleccionados y analizados por la perito y que también desaparecieron.

Al margen de esta flagrante violación del reglamento interno, su declaración tampoco le beneficia desde el punto de vista penal. Las víctimas le acusan de la omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio. Efectivamente, al admitir que destruyó la mayor parte de los restos de los focos y teniendo en cuenta que, debido -al menos en parte- a su actuación no se sabe con certeza la clase de explosivo que usaron los terroristas del 11-M, cabe tipificar su conducta en el artículo 408 del Código Penal que castiga a los funcionarios que no promuevan la persecución de los delitos, o bien en el 451.2 que castiga a los que ayudan a obstruir la investigación de los delitos.

Existen hasta tres momentos en los que se produce esta destrucción/ocultación de pruebas. Primero, en la selección de los restos que se entregan al laboratorio para su análisis. Segundo, en la no remisión de las muestras a la Policía Científica. Y tercero, en la desaparición de algunos vestigios que sí fueron analizados en el laboratorio de los Tedax, pero que nunca llegaron a la Audiencia. Entre otros, el algodón con el que se recogieron muestras del explosivo, así como telas y tierra que el laboratorio reconoce haber recibido y analizado. Manzano hace frente asimismo a una acusación de falso testimonio por mentir cuando aseguró en el juicio que «nunca» había enviado a la Policía Científica vestigios de explosiones. Al ser puesto en evidencia por la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, ayer afirmó que no dijo «nunca», sino que esa remisión se producía en contadas excepciones. Ahí están las actas del juicio para comprobar si Manzano incurrió o no en falso testimonio.

Al margen de las consecuencias que tenga esta declaración para el horizonte procesal del ex responsable de los Tedax, hay que preguntarse, como en tantas otras ocasiones, si estamos ante la más absoluta y total de las negligencias por parte de un responsable de un cuerpo de élite; o si la confesada destrucción de casi todos los restos del 11-M, obedeció al propósito de enmascarar u ocultar lo sucedido. Es absurdo pensar que Manzano no calibrase la trascendencia de destruir o conservar los restos recogidos para la investigación del mayor atentado de la Historia de nuestro país, teniendo en cuenta que la autoría no estaba clara en los días en los que el ex jefe de los Tedax tomó la decisión y que su perita sólo había detectado «componentes genéricos de las dinamitas». Lo lógico sería que se le sentara en el banquillo y un tribunal determinara cuáles fueron sus móviles.


Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
OPINION
COMENTARIOS LIBERALES

El destructor 'Sánchez Manzano'

FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS

DESCONOZCO si en la Armada quedan destructores, aunque supongo que no. Si hubiera alguno, por la doctrina bélica de la Señorita Pepis que alcanzó su máxima expresión filemónica (como filosófica, pero en versión Mortadelo) en la frase heroica del ministro de Defensa José Bono -«prefiero morir antes que matar»-, a los destructores les llamarán destruibles. Pero el papel que dejan los Ejércitos es tan fundamental que acaban tomándolo otros. En Costa Rica, hipérboles aparte, los ticos le ganaron una guerra a su Ejército y lo disolvieron. En España, las policías autonómicas son ejercitines del futuro. Lo que no esperábamos es que la Policía Nacional asumiera tareas que la deserción de este u otros Gobiernos dejan vacías de función, que no de necesidad. Y aún menos que el jefe de los Tedax, especialistas en desactivación de explosivos, tuviera como tarea principal la destrucción masiva de pruebas de la masacre del 11-M. Pero sí. Ayer, Sánchez Manzano confesó que destruyó una enorme cantidad de pruebas recogidas en los trenes siniestrados, pese a que las leyes, las ordenanzas de los Tedax y las normas de investigación policial obligan a guardar todas las pruebas recogidas en la escena del crimen, porque todas son necesarias para el juicio de los asesinos.

Dijo Manzano que las destruyeron porque no las consideraban «objetos» sino «muestras». Curiosa distinción que no afecta al fondo del asunto: la destrucción masiva de pruebas. Si lo hicieron con el conocimiento del juez, podría ser la fechoría legal más escalofriante del siglo. Si fue a sus espaldas, ante el mayor engaño sufrido por un juez en España. Si la Fiscalía está para algo más que para amedrentar a periodistas como Antonio Rubio, que han tratado de reconstruir la verdad destrozada y aventada del 11-M, hoy mismo pediría la detención de Sánchez Manzano, de la cofradía de las querellas contra los periodistas que nos negamos a aceptar la inmensa estafa de la desinvestigación policial del 11-M, porque atentamos -dicen- contra el honor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Atentarían, en todo caso, los que usaran el uniforme para impedir o dificultar que se haga justicia a las víctimas del terrorismo. Del Sánchez Barcáiztegui republicano hemos pasado a este Sánchez Manzano, curioso destructor que muchos creen submarino. A ver si le cuenta al juez quién era el Almirante Periscopio.


Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / La acción de la Justicia

Manzano admite que destruyó casi todos los restos de los focos del 11-M

El ex jefe de los Tedax afirma ante la juez que no eran ni «vestigios» ni «muestras» sino simples «objetos». Dice que 30 tedax escogieron el material con el que la perito sólo identificó «componentes genéricos de la dinamita». No explica por qué tierras, algodones y telas analizadas en su laboratorio no llegaron a la Audiencia Nacional. Asegura que cuando declaró que «nunca» se enviaban esos restos a la Policía Científica quiso decir que a veces se hacía

MANUEL MARRACO
Madrid

La mayor parte de los restos de los focos del 11-M acabó en la basura. Así lo reconoció ayer ante la juez el ex responsable de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano, que durante tres horas prestó declaración como imputado por la querella presentada por la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M.

El comisario negó que el material recogido por el grupo de Tedax de Madrid en los 12 focos de explosión tuviera la consideración de «muestras». A su juicio, se trataba de simples «objetos» que sólo tras una criba posterior en la sede de la Unidad Central que él dirigía adquirían la categoría de «muestras», «restos» o «vestigios» que debían quedar a disposición judicial. Todo lo demás se convertía en material desechable y, como tal, era destruido.

Manzano intentó explicar así por qué los peritos designados por el tribunal del 11-M sólo dispusieron de 23 muestras de los focos, pese a que todos los artificieros declararon en el juicio por la masacre que habían recogido cantidades ingentes de vestigios.

La asociación presidida por Ángeles Domínguez imputa a Manzano omisión del deber de perseguir delitos, encubrimiento por ocultación de pruebas y falso testimonio, tanto por su actuación con los explosivos como por sus declaraciones en el juicio del 11-M.

De acuerdo con el relato de Manzano, los tedax de la Brigada Provincial de Madrid trasladaron todas las muestras recogidas, debidamente etiquetadas, a la Unidad Central de los Tedax. Allí, una treintena de artificieros que el día de los atentados estaba realizando un curso procedió a hacer una selección del material, que quedó a disposición de la perito de los Tedax, encargada del análisis de lo que había pasado de «objeto» a «resto».

«Ahora sabemos lo que nadie había dicho antes, que kilos y kilos de vestigios se destruyeron», declaró el abogado de las víctimas, José María de Pablo. El letrado recordó que las normas de funcionamiento de los Tedax, incorporadas a la causa, atribuyen claramente a la Unidad Central «la custodia y depósito» de los «restos de las explosiones», que deben quedar a disposición judicial.

En cuanto a la responsabilidad sobre la intervención de los Tedax el día de la masacre, Manzano aseguró que en ningún momento asumió el mando operativo. Según explicó, tal y como manda el protocolo, éste quedó en manos del jefe del grupo de Madrid, que ya compareció en el juicio del 11-M y que también está citado como testigo en esta causa.

En su interrogatorio, el letrado también pidió a Manzano que explicara por qué parte de ese material que sí había sido seleccionado y analizado en su unidad tampoco había llegado a la Audiencia Nacional. «No le puedo dar una explicación», fue la respuesta del comisario.

En esa misma línea, la fiscal del caso preguntó expresamente por las telas -en plural- que la perito tedax declaró haber analizado y de las que no hubo noticia cuando el tribunal reclamó todos los restos. Manzano no supo dar una respuesta precisa al Ministerio Público.

Además de esas telas, los peritos del tribunal del 11-M tampoco dispusieron de los algodones y muestras de tierra analizadas por la perito y que no han aparecido. Manzano, tras explicar que él no es químico, desvió la pregunta hacia la perito y sugirió que tal vez quedaban inservibles tras un primer análisis. La perito de los Tedax ya compareció ante la juez el pasado 10 de agosto. Manzano estaba citado en esa misma fecha, pero la Policía explicó a la titular del Juzgado de Instrucción número 43 que no había podido notificarle la citación porque el comisario «estaba de crucero».

Otro de los elementos en los que se fundamenta la querella de la asociación es el hecho de que Manzano no remitiese a la Policía Científica las muestras que había seleccionado. Durante el juicio del 11-M afirmó que no lo hizo porque sólo se enviaban muestras pesables de explosivo, «nunca» muestras no pesables, como clavos o tornillos impregnados. Ayer, Manzano aseguró que ese «nunca» tenía «excepciones», pero que en el juicio del 11-M no le habían preguntado por ellas. Cuando el abogado de la asociación le recordó varios casos en los que el propio Manzano firmaba la remisión de muestras no pesables, el comisario insistió en que eran excepciones y que todas ellas tenían alguna explicación.

El comisario de los Tedax no remitió las muestras pese a que reconoció ante el juez del Olmo que su laboratorio no tenía medios suficientes y que no había podido determinar la marca de la dinamita empleada.

Tras concluir el interrogatorio, el abogado de Manzano, José María Fuster Fabra, consideró que sus respuestas habían demostrado el trabajo «impecable» del comisario y la perito, y que prueba de ello era que la conclusión a la que había llegado su unidad era básicamente la misma que los peritos del tribunal: que había estallado un tipo de dinamita, sin especificar la marca (Goma 2, Titadyn...).

Por el contrario, la Asociación de Ayuda a Víctimas del 11-M considera que las actuaciones del comisario y su subordinada tuvieron consecuencias en la sentencia del 11-M, ya que dificultó la determinación inequívoca del explosivo y, por tanto, la de quienes lo suministraron. Además, considera que un análisis correcto de los restos hubiera permitido «abrir nuevas vías de investigación». Por su parte, los peritos quisieron dejar constancia en su informe final de que consideraban «escasas» las muestras que habían recibido de los focos.

Tres delitos contra el comisario

>Omisión del deber. El artículo 408 del Código Penal dice: «La autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo, dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años».

>Encubrimiento. El artículo 451.2 señala: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años el que, con conocimiento de la comisión de un delito y sin haber intervenido en el mismo como autor o cómplice, interviniere con posterioridad a su ejecución, ayudando a los presuntos responsables del delito a eludir la investigación de la autoridad o de sus agentes».

>Falso testimonio. Según el artículo 458, «el testigo que faltare a la verdad en su testimonio en causa judicial será castigado con las penas de prisión de seis meses a dos años y multa de tres a seis meses». El artículo 459 abunda en el mismo delito: «Las penas de los artículos precedentes se impondrán en su mitad superior a los peritos o intérpretes que faltaren a la verdad maliciosamente en su dictamen o traducción». El artículo 460 también se refiere al delito de falso testimonio: «Cuando el testigo, perito o intérprete, sin faltar sustancialmente a la verdad, la alterare con reticencias, inexactitudes o silenciando hechos relevantes que le fueran conocidos, será castigado con la pena de multa de seis a 12 meses».

>Normativa Tedax. Las Normas Provisionales de Actuación del Servicio de Desactivación de Explosivos del 19 de mayo de 1989, vigentes en el momento del atentado, establecen que «a la Unidad Central Tedax le corresponde la custodia y depósito a disposición de las autoridades judiciales [...] de los restos de las explosiones».


Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / La acción de la Justicia

Caamaño dice que «puede sorprender» pedir tres años para un periodista
Víctimas del 11-M critican que el fiscal se centre «en perseguir» a Antonio Rubio

Madrid

El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, aseguró ayer que «puede sorprender» que en el ordenamiento jurídico español exista un tipo legal que haya permitido al fiscal pedir tres años de cárcel para el periodista Antonio Rubio, subdirector de EL MUNDO, por una supuesta revelación de secreto en relación con el 11-M y la publicación de la identidad del confidente Cartagena.

En una entrevista concedida a Servimedia, Caamaño se refirió a que esta petición de cárcel para Rubio «es una decisión propia de la Fiscalía» que, a su juicio, está actuando «dentro de las posibilidades» que le permite el ordenamiento jurídico.

El titular de Justicia añadió que resulta conocido que, en el inicio de los procesos penales, la Fiscalía suele pedir unos «máximos» en lo que se refiere a las penas, lo que supone que estas peticiones del Ministerio Público «se van ajustando en función de los hechos que se van declarando probados, de las circunstancias, etcétera».

En todo caso, Caamaño señaló que «corresponde al juez calibrar» lo sucedido y determinar si se debe imponer a Rubio una condena por haber informado, el 31 de mayo de 2005, de que las notas del confidente Cartagena probaban «que la Policía controlaba a los jefes del 11-M». A este respecto, el ministro subrayó que, sin entrar «en algo que sólo pueden decidir los tribunales», hay que tener en cuenta que uno de los aspectos a analizar es si «se están descubriendo elementos reservados de una instrucción, fundamentales, y que eso puede causar graves perjuicios sociales». Y agregó: «Probablemente no sea el caso, pero el tipo legal en el que se está pensando contempla todas esas posibilidades».

Caamaño también remarcó que será el juez el que determine «si esos hechos son subsumibles y si esa denuncia tiene que ver con los hechos que se están enjuiciando».

Por otra parte, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M salió ayer en defensa de Antonio Rubio, a quien agradeció «su empeño en la búsqueda de la verdad» sobre los atentados perpetrados el 11 de marzo de 2004 en Madrid.

A través de un comunicado, este colectivo mostró su «más absoluta perplejidad y estupor ante las actuaciones de un fiscal que centra sus esfuerzos y recursos en perseguir a periodistas, mientras los autores intelectuales de los atentados todavía están en la calle». Asimismo, la entidad lamentó que el trabajo en apoyo de las víctimas «haya podido ocasionar tan terribles y amenazadoras secuelas y consecuencias como las que se ciernen actualmente sobre el subdirector de EL MUNDO».

La asociación concluye su nota pública sosteniendo que «algo falla en nuestro Estado de Derecho, cuando las propias víctimas y algunos medios de comunicación son los que tienen que asumir la investigación de los responsables del 11-M, mientras el Ministerio Público se pierde en una caza de brujas de todos aquellos, como nosotras, las víctimas, que no podemos ni queremos olvidar».


Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / La acción de la Justicia

El PP aprecia «sombras sobre la profesionaliad» del comisario

CARMEN REMÍREZ DE GANUZA
Madrid

El PP aprecia «sombras sobre la profesionalidad» del comisario Sánchez Manzano. Así lo expresó ayer, en declaraciones a este diario, el secretario general del Grupo Popular en el Congreso, Arturo García Tizón, quien se remitió al proceso judicial en curso para resolver que su actuación en el 11-M «está en cuestión».

Hasta aquí, y «de momento», ésta es la valoración política que el principal partido de la oposición hizo de una causa sobre la que, no obstante, estará «atento» y «vigilante».

Como es sabido, los populares renunciaron visiblemente a la exigencia política de una mayor investigación sobre la masacre a raíz, primero, de la sentencia de la Audiencia Nacional, y segundo, del propio cambio de estrategia de la dirección del partido en la actual Legislatura. Pero, tal como se ocupó de matizar García Tizón, la causa contra Manzano es un procedimiento «distinto» del 11-M. Y en todo caso, dijo, merece todo su interés, dada la «gravedad» de los presuntos delitos contra la Administración de Justicia.

Así, advirtió de que, «primero, veremos lo que depara el procedimiento en su conjunto; segundo, si hay prueba suficiente contra él, veremos si Interior abre motu proprio una inspección interna, y tercero, si no lo hace, sin aguardar siquiera a la sentencia, exigiremos explicaciones al Gobierno en el Congreso».


Miércoles, 16 de septiembre de 2009. Año XXI. Número: 7.212 EDICIÓN: MADRID
ESPAÑA
11-M / La acción de la Justicia

Los 'tedax' darán su versión

MANUEL MARRACO
Madrid

La investigación sobre la actuación de Manzano y la perito a su cargo seguirá hoy en el juzgado con la comparecencia de varios 'tedax' que se desplazaron a los focos de explosión. Seis de ellos están citados hoy y otros dos deberán comparecer como testigos el próximo viernes. La querella de la asociación de víctimas recoge numerosos pasajes de sus declaraciones en el juicio del 11-M. Allí explicaron que recogieron multitud de muestras de todos los focos, la mayor parte de las cuales nunca llegó a los peritos nombrados por la Audiencia Nacional. Además de los artificieros, el viernes está citado Pedro Díaz Pintado, subdirector general operativo en el momento de la masacre. Díaz Pintado fue quien el 11-M recibió una llamada en la que, supuestamente, el responsable de Seguridad Ciudadana -y por tanto de los Tedax-, Santiago Cuadro Jaén, le informó de que había estallado Titadyn. El dato, luego desmentido por Cuadro Jaén, reforzó la idea del Gobierno de que había sido ETA. También están citados dos de los ocho peritos del tribunal y un experto de la Policía Científica.



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