domingo, febrero 19, 2012

Bermúdez omite hablar de las víctimas al tratar de perpetuarse en el cargo

EL MUNDO

Bermúdez omite hablar de las víctimas al tratar de perpetuarse en el cargo

MARÍA PERAL MADRID
16/02/2012
PORTADA

Palacios y Marlaska prometen protegerlas desde la Sala Penal de la Audiencia Nacional


La Comisión de Calificación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) acordó ayer elevar al Pleno las candidaturas de Javier Gómez Bermúdez, Fernando Grande-Marlaska y Teresa Palacios para presidir la Sala Penal de la Audiencia Nacional. Bermúdez, que aspira a sumar otros cinco años a los ocho que lleva en el cargo, no hizo alusión a las víctimas del terrorismo en su examen ante la Comisión. Marlaska y Palacios se comprometieron a incrementar la atención a las víctimas.

La Comisión de Calificación del Consejo General del Poder Judicial descartó a cuatro de los magistrados que presentaron su candidatura para estar al frente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional y optó por elevar al Pleno una relación de tres únicos aspirantes. Fue una decisión tomada por unanimidad y sin establecer orden de preferencia.

Esa misma línea siguió la Comisión para confeccionar la enésima terna para cubrir la vacante -que lleva camino de ser eterna- en la Sala Penal del Tribunal Supremo. La Comisión (integrada por Manuel Torres Vela, Concepción Espejel, Félix Azón, Claro Fernández-Carnicero y Ramón Camp) se ha limitado esta vez a proponer a los tres aspirantes que más votos recibieron en la última ocasión (16/12/2011): los catedráticos María Luisa Corcoy y Gonzalo Quintero y el fiscal del Supremo Antonio del Moral.

La cobertura de ambas plazas se debatirá en el Pleno del CGPJ previsto para el próximo jueves. Aunque existe la posibilidad de que los vocales propongan a otros candidatos fuera de terna, esta vía ha quedado devaluada a la vista de la importancia que la doctrina del Supremo otorga a la selección que realiza la Comisión de Calificación.

De ahí la trascendencia de ese filtro previo. En el caso de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, la Comisión ha descartado a un magistrado ajeno a ella, Juan Pablo González, y a tres que sí pertenecen a esa Sala: Alfonso Guevara, Ángel Hurtado y Javier Martínez Lázaro.

La exclusión de este último favorece a Gómez Bermúdez -en interpretación de distintos vocales- dado que el grueso de los votos con los que previsiblemente podrían contar ambos proceden del mismo sector, el de los vocales propuestos por el PSOE. Ahora los apoyos no tendrán que dividirse y se concentrarán en un candidato que se ha preocupado durante su ya largo mandato de casi ocho años de establecer buenas relaciones con los sectores (ex)gubernamentales socialistas.

Gómez Bermúdez fue aupado al cargo de presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional por los vocales propuestos por el PP en el anterior CGPJ. En aquella ocasión (21/7/2004) salió con los 11 votos justos necesarios y compitió con Baltasar Garzón (que logró ocho votos) y Guevara (que no obtuvo ninguno).

Sus contrincantes son ahora Fernando Grande-Marlaska y Teresa Palacios, la primera mujer que aspira al cargo. Marlaska es juez central de instrucción y, antes, presidente de la Sección Sexta de la Audiencia de Vizcaya y miembro de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior del País Vasco. Palacios fue jueza central de instrucción y actualmente está destinada en la Sección Penal Cuarta de la Audiencia Nacional.

Fuentes de la Comisión de Calificación aseguraron que se han aplicado los criterios que establece el reglamento de designación de cargos discrecionales: experiencia en el orden jurisdiccional, en puestos gubernativos y en órganos colegiados, contenido del programa de trabajo y exposición del mismo en la comparecencia que tuvo lugar ayer mismo ante los vocales.

El examen fue revelador del talante y de las prioridades de cada cual. Gómez Bermúdez se atribuyó haber «impulsado» la doctrina Parot que estableció el Supremo y las «innovaciones jurídicas» de los casos 11-M, Yak-42, Egunkaria o Udalbiltza.

Ayudado por un power point, empleó la mayor parte del tiempo en tratar describir una compleja reordenación de la Sala mediante binomios de magistrados que darían lugar a 28 tribunales dentro de la Sala.

Bermúdez no hizo alusión alguna a las víctimas de los delitos de terrorismo, especialidad de una Sala que está llamada a desempeñar un papel clave en un eventual proceso de reinserción de los presos de ETA.

Marlaska y Palacios apenas sí hablaron de los casos que han tenido entre manos y se centraron en los planes que han diseñado para una Sala que -coincidieron ambos- debe potenciar la Oficina de Atención a las Víctimas. Los dos, y también los demás candidatos procedentes de la Sala, discreparon del plan de reorganización ideado por Bermúdez, que creen «inviable» y «problemático».

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