lunes, septiembre 19, 2011

Rubermúdez

ELMUNDO
F. JIMÉNEZ LOSANTOS
19/09/2011

Rubermúdez

LA SENTENCIA de la Audiencia Nacional que condena a 10 años de cárcel a Otegi y Díez Usabiaga tiene muchos efectos, pero seguramente el más importante es el de esclarecer otra decisión de la Audiencia, la de mañana sobre el caso Faisán, aunque sea con la luz negra de las sepulturas cegadas, que guardan un algo de claridad para iluminar su lóbrego silencio.

Lo que la sentencia da por probado es que Otegi y Usabiaga eran parte de ETA y que a sus órdenes crearon desde 2007 un frente político -Sortu, luego Bildu- para sortear la ilegalización de Batasuna y otras máscaras o capuchas. Nadie con sentido común lo dudaba, pero los cómplices del Gobierno del PSOE con la ETA, empezando por el Zapatero que llamaba a Otegi «hombre de paz», necesitan estas aclaraciones. Otegi es coherente. ZP y Rubalcaba han elevado la alta traición a política de Estado. Y no hay mejor prueba que el caso Faisán, cuando Interior avisó a la ETA para que evitara a la Policía y al juez Marlaska.

La condena de Otegi y Usabiaga no estudia si tenían carné de la ETA, pagaban las cuotas y compartían del todo los objetivos últimos de la dirección de la banda entonces, de la que obviamente no estaban lejos. Se limita a condenarlos por los hechos constatados. Sin interpretar sus ideas, que no se juzgan, sino unos hechos delictivos.

Y eso es lo que intenta Gómez Bermúdez, tan archicondecorado y pensionado por Rubalcaba que ha mutado en Rubermúdez, su guardajuez. Para evitar el banquillo a los faisanes -la cúpula policial de Rubalcaba, y según la tradición del GAL, finalmente Camacho y Rubalcaba-, pretende que se juzgue una interpretación seráfica de su relación ideológica con la banda y no el hecho criminal de haber colaborado con ella. Ayer recordaba Pedro J. cómo en su astrosa sentencia del 11-M Bermúdez condena a un esquizofrénico a 30.000 años de cárcel por el tráfico de unos explosivos que habrían usado los supuestos islamistas, aunque, como atestigua su propia pericia, verosímilmente nunca lo hicieron. Explica Bermúdez que no importa compartir o conocer su finalidad para exculpar la participación en un delito. Indiscutible. Pues bien: ahora Rubermúdez contradice a Bermúdez y dice lo contrario, para que la Audiencia renuncie al caso, lo sepulte como delito no terrorista en Irún y se salven Rubalcaba y su pandilla. Si colaborar con ETA no es delito, que absuelvan a Otegi. Si lo es, que amplíen el banquillo del caso Faisán.

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