jueves, diciembre 08, 2011

Querella de Zougam por falso testimonio contra J-70 y C-65

EL MUNDO
EDITORIAL
08/12/2011

La Justicia debe ser capaz de revisar sus fallos

EL ARTÍCULO 954 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que ha lugar a la revisión de una sentencia firme cuando el «fundamento» de la condena «haya sido un documento o testimonio declarados después falsos por sentencia firme en causa criminal». Pues bien, los abogados de Zougam, a la vista de las informaciones que hemos aportado, han decidido presentar una querella contra las dos testigos de cargo en cuyos testimonios se basó el Supremo para condenar a su defendido.

Tal y como hemos publicado, la testigo C-65 mintió en su relato de los hechos acerca de la identidad de su acompañante, también dijo que hubo muertos en un vagón en el que ni siquiera se registraron heridos graves y fue modificando la versión sobre su encuentro con Zougam para darle mayor verosimilitud.

Por lo que se refiere a la testigo J-70, fue considerada una impostora en dos ocasiones en su intento por ser admitida como víctima del 11-M y sólo después, cuando había transcurrido casi un año de los atentados, dijo haber visto a Zougam en los trenes.

Además, pudo haberse incorporado una prueba falsa en el sumario si, como asegura el testigo que no acudió al juicio, nunca existió el «reconocimiento fotográfico» que la Policía documentó mediante un acta.

Los abogados defensores no conocieron estas circunstancias durante el proceso y cuando en la vista oral intentaron averiguar algunos detalles acerca de la credibilidad de los testigos protegidos fueron obligados por Gómez Bermúdez a cambiar de pregunta. No es difícil suponer que, con estos datos, los letrados podrían haber creado una duda razonable sobre la validez de los testimonios para hacer valer la presunción de inocencia de su defendido. También es lógico pensar que, en ese caso, la sentencia nunca habría calificado los testimonios de tales testigos como «sin fisuras».

González Pons ya advirtió el martes de que el PP estudiará estas nuevas revelaciones «desde los despachos del Gobierno». Ayer, Rosa Díez, líder de UPyD, fue más allá y pidió que intervenga la Fiscalía: «Hay suficientes indicios para que se abra el sumario». El Sindicato Unificado de Policía se pronunció en términos parecidos y subrayó que el 11-M «es un caso sobre el que a pesar de estar juzgado, existen muchas dudas».

Hay que tener en cuenta que en favor de Zougam no sólo están nuestras revelaciones de estos días. Existen serios contraindicios, algunos de los cuales no fueron aportados por la Policía para que se incluyeran en el sumario, como el hecho de que Zougam se ejercitara en el gimnasio horas antes de la masacre, comportamiento insólito en un terrorista a punto de atentar.

Ahora mismo también se está investigando judicialmente a Sánchez Manzano por falsedad y ocultación de pruebas. Una posible condena del ex jefe de los Tedax pondría en la picota de nuevo la versión oficial del 11-M. Habrá que estar pendientes, por lo demás, a los posibles intentos por reventar ese procedimiento. La declaración de un extraño testigo en el sumario que investiga Coro Cillán anunciando la estrafalaria implicación de un alto cargo el PSOE y asegurando falsamente haber hablado con nuestro diario parece un movimiento encaminado a minar la credibilidad del caso.

Si ante una indefensión tan flagrante como la que ha padecido Zougam no se reconsidera el proceso, el juicio de revisión como tal, concebido para corregir los posibles errores de la Justicia, perdería su sentido. Hay argumentos para pensar que un inocente está en la cárcel, y si así fuera, tendrían razón los abogados de Zougam cuando afirman hoy en nuestras páginas que estamos ante «el error más grave de la historia judicial española».

«El error más grave de la historia judicial»

EDUARDO GARCÍA PEÑA Y FRANCISCO ANDÚJAR Abogados de Jamal Zougam

CASIMIRO GARCÍA-ABADILLO

JOAQUÍN MANSO MADRID
08/12/2011


Pregunta.- ¿Qué valoración hacen de las últimas revelaciones?
Respuesta.- El contenido de la información es importantísimo, sin duda tiene relevancia jurídica y viene a confirmar lo que nosotros ya intuíamos desde la sentencia, y es que las dos testigos principales en las que se basó la condena de Jamal Zougam, la C-65 y la J-70, mintieron. Siempre tuvimos la certeza jurídica de que no había pruebas para condenar a Zougam y, además, tuvimos la convicción moral de que es inocente. La información da una serie de datos que permiten ir más allá de la mera sospecha y afirmar que las testigos mintieron.

P.- ¿Qué posibilidad habría ahora de revisar la condena?
R.- Presentaremos una querella contra las dos testigos por un delito de falso testimonio. Para conseguir la revisión, hay que presentar un recurso ante el Supremo, pero tiene que basarse en una sentencia previa por falso testimonio.

P.- ¿Sobre qué elementos van a construir esa querella?
R.- Desde el primer momento tuvimos claro que las dos testigos mentían. Lo que no sabíamos era el motivo por el que mentían ni que la mentira era una mentira consciente. Creemos que la información que ha publicado EL MUNDO permite avanzar en esas dos direcciones. Da la sensación de que, principalmente, existía un motivo económico y para obtener beneficios, en cuanto a permisos de residencia y de trabajo en nuestro país.

P.- ¿Qué tendría que ocurrir para que un juez denegase la admisión a trámite de esa querella?
R.- Creemos que con lo publicado es imposible que un juez no admita una querella por falso testimonio.

P.- ¿Existe algún riesgo de prescripción dado que los hechos ocurrieron hace años?
R.- Efectivamente, existe. Prescribiría en marzo de 2012. La querella la presentaremos a lo más tardar la semana que viene. Por lo tanto, estará presentada en tiempo y forma.

P.- ¿Se pueden incorporar los elementos que ha aportado ahora EL MUNDO a la demanda que ustedes habían interpuesto ante el Tribunal de Estrasburgo?
R.- Actuaremos en paralelo y pondremos en conocimiento de Estrasburgo estos nuevos hechos. Para que pudieran tener una relevancia sería necesario que un juzgado admitiese a trámite la querella.

P.- ¿Cuáles son las pruebas que condenaron a Jamal Zougam?
R.- Se le condena prácticamente en exclusiva en virtud de los reconocimientos que hacen la C-65 y la J-70, que afirman haberle visto en el tren que explotó en Santa Eugenia. Ésa es prácticamente la única prueba. Si se pone en entredicho, toda la condena se viene abajo.

P.- ¿El testigo R-10 no tiene tanta importancia entonces?
R.- El testigo R-10 no tiene tanta importancia en cuanto a la condena, porque es un testigo que no compareció en el juicio y que, si bien es verdad que en fase de instrucción, en rueda de reconocimiento identificó a Jamal Zougam, lo cierto es que esa rueda no fue incorporada al juicio oral, ante la Audiencia Nacional, y por lo tanto no fue sometida al principio de contradicción.

P.- La sentencia y, especialmente, la Policía le atribuyen a Zougam relaciones con el islamismo más radical…
R.- Eso es absolutamente falso. Es verdad que la Policía se lo atribuyó, pero también es verdad que eso no quedó acreditado en absoluto en el juicio. Lo que tiene que quedar muy claro es que, en el juicio, no hay absolutamente nada que vincule a Zougam con el atentado del 11-M ni con lo que sucedió con la explosión de Leganés.

P.- También en el año 2001 fue investigado en una comisión rogatoria pedida por Francia.
R.- Fue investigado un teléfono que, al parecer, pertenecía a su madre. Esa investigación acabó con un archivo, porque se demostró que no tenía nada que ver con él ni con su madre. Insistimos en que Zougam no ha tenido jamás ninguna relación ni con el terrorismo islámico ni con nada semejante.

P.- En la querella que van a presentar subyace una acusación terrible hacia el sistema judicial y policial español por haber condenado a un inocente.
R.- Sin duda. Es que, para nosotros, la condena a Zougam es el error judicial más grave de toda la historia española. Se ha condenado como autor del mayor atentado que ha habido en Europa desde la II Guerra Mundial a una persona que es absolutamente inocente y que no tiene nada que ver con los hechos. Lo que planteamos no es que no haya pruebas para condenarle. Eso ya se planteó en el juicio. Lo que planteamos es que las pruebas que utilizó el tribunal para condenarle eran pruebas falsas y alguien engañó al tribunal.

P.- Ustedes estuvieron defendiendo a otros procesados el día en que se interrogó en el juicio a C-65 y a J-70. ¿Hubo algo que les llamase la atención aquel día?
R.- Por un lado, ninguno de los abogados que participaban como defensas en aquel juicio, incluso el que era el abogado de Jamal Zougam, interrogó debidamente a las testigos. En segundo lugar, nos llamó la atención el excesivo celo y protección que hubo por parte del tribunal hacia las dos testigos desde el momento que se subieron al estrado. No solamente no facilitó, sino que impidió que se pudiera hacer un interrogatorio en condiciones.

P.- Tras esa actuación, ¿observan algún tipo de motivación torticera?
R.- No tenemos elementos para afirmar eso. Pero hubo un exceso de protección hacia las dos testigos que impidió que se pudieran formular las preguntas debidas y, por lo tanto, impidió que la verdad pudiera salir a la luz.

P.- ¿Cuál es la situación de Jamal Zougam en prisión?
R.- Lleva más de siete años largos en régimen de aislamiento.

P.- ¿Y en qué consiste el régimen de aislamiento?
R.- Está en una celda aislado más de 20 horas al día, tiene nulo contacto con otros presos. El régimen es muchísimo más restrictivo, las conversaciones con los letrados se graban, tienen menos acceso al patio... Hace algún tipo de actividad, hace poco estaba haciendo cajas, pero son actividades muy limitadas.

P.- ¿Se encuentra bien de salud?
R.- Tiene un problema en los huesos. Antes, cuando podía, hacía ejercicio, que le venía bien, pero ahora ya no puede, con lo cual... físicamente está muy mermado. De hecho, si sigue en este régimen, dentro de no sé cuánto tiempo probablemente tenga que ir en silla de ruedas...

P.- ¿Él podría hacer algo para salir del régimen de aislamiento o para que se humanizase?
R.- El primer paso es que reconozca que ha cometido el delito. Eso podría dar lugar a que incluso el régimen de aislamiento pudiera cesar. En las entrevistas que ha tenido hasta ahora con asistentes sociales y con psicólogos le han preguntado expresamente si reconoce haber cometido el delito, y él siempre ha defendido su inocencia. Y eso claro que le afecta en su día a día.

P.- ¿Cuál es su actitud?
R.- Está expectante, espera que un día se sepa la verdad y, en esa verdad, él no está metido puesto que no ha participado en nada. Él mantiene esa esperanza. La actitud de una persona que sabe que es inocente y entonces piensa que algún día acabará esta pesadilla.

P.- ¿Su familia le sigue apoyando?
R.- Sí, su madre, sus hermanas, Mohamed Chaoui... están encima de él, le van a visitar. También mantienen esa esperanza. Ni él deja que su familia se venga abajo, ni su familia deja que él lo haga.

P.- A algunas víctimas del terrorismo quizá les pueda molestar su iniciativa.
R.- No podemos ponernos en el pellejo de una víctima. Es imposible. Pero si fuésemos víctimas, nos sentiríamos, no engañados, pero casi. Estaríamos defraudados con el sistema, que ha dicho que una persona es la causante de un sufrimiento cuando realmente no lo es.

Rosa Díez apuesta por que se reabra el sumario

El Sindicato de Policía cree que se debe investigar «cualquier duda que exista»

LUIS ÁNGEL SANZ MADRID
08/12/2011


La portavoz de UPyD, Rosa Díez, apostó ayer por que se reabra el sumario del 11-M porque «de la lectura de lo publicado estos tres días, lo que se deduce es que no se entiende que no se abra otra vez el sumario». Aseguró desconocer si Jamal Zougam «es culpable», pero añadió que «lo que parece claro es que hay más culpables que no están en la cárcel» y que eso «merece una apertura del sumario y que se vuelva a investigar». Además, instó a la Fiscalía y a la Justicia a que lo hagan.

Entrevistada en la Cope, Díez concluyó que con todos los datos aportados, «ya hay suficientes indicios» para reabrir la investigación. Si luego «se vuelve a cerrar porque se llegue a la conclusión de que no hay nada más de lo que ya está juzgado y condenado, no habremos perdido nada, pero si no lo hacemos habremos perdido mucho».

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) se mostró también a favor de reabrir el sumario para aclarar «cualquier duda que exista». El portavoz del SUP, José María Benito, señaló que el sumario debería reabrirse «si existen nuevas pistas, nuevos indicios, si se condenó a quien no se debía o si dejó de condenar a personas que deberían estar condenada».

En contra se manifestó el diputado electo de IU Gaspar Llamazares, que tildó de «fabulaciones» las informaciones de este periódico. En Twitter, el parlamentario por Asturias aseguró que «Díez ve indicios suficientes para reabrir el sumario del 11-M. La teoría de la conspiración continúa y el giro de UPyD a la derecha también». Llamazares aseguró después que «no hay nuevas pruebas, ni siquiera indicios» sobre los atentados.

Por último, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo, Pilar Manjón, dio por «válidas» las tres sentencias sobre estos atentados. En declaraciones a Servimedia, Manjón dijo que si hay algo que aclarar «se tendrán que posicionar los jueces» y añadió: «Para mí, las tres sentencias son válidas». Se refería a la sentencia de la Audiencia Nacional, corroborada por el Supremo, así como a una tercera resolución de la Audiencia sobre los colaboradores de los atentados. Manjón expresó su «hartazgo» con que se siga especulando sobre este asunto.

Un recurso «extraordinario y excepcional»

MARÍA PERAL MADRID
08/12/2011


Siete condenas basadas en testigos falsos, anuladas por el TS en los últimos años.

La naturaleza sumamente excepcional del recurso de revisión explica que sean muy escasos los supuestos en los que prospera. Y es difícil, pero no imposible. La Sala Penal del Supremo ha accedido en los últimos años a anular siete condenas firmes que tuvieron como fundamento declaraciones de testigos de cargo que se demostraron falsas.


¿Qué es el recurso de revisión penal?
Es el instrumento previsto en la ley para lograr la anulación de sentencias firmes. La doctrina lo define como un proceso «extraordinario, excepcional» con el que se pretende encontrar el equilibrio entre la seguridad jurídica que reclama el respeto a la cosa juzgada y la exigencia de justicia en el caso de personas respecto a las que se acredite que fueron indebidamente condenadas.


¿En qué supuestos procede?
Sólo en los supuestos tasados en la ley: cuando se haya condenado a dos o más personas por un mismo delito que no haya podido ser cometido más que por una sola; cuando la condena haya recaído por el homicidio de una persona cuya existencia se demuestre con posterioridad; cuando el fundamento de la condena sean documentos o testimonios luego declarados falsos por sentencia firme; cuando la condena se base en la confesión del reo obtenida con violencia, siempre que así se declare en sentencia firme, y cuando tras el fallo se conozcan hechos nuevos o nuevos elementos de prueba que el tribunal no pudo tener en cuenta y que evidencien la inocencia del condenado.


¿Qué vía puede seguirse en el caso de Zougam?
De acuerdo con la sentencia de la Audiencia Nacional -confirmada en este punto por el Tribunal Supremo-, la «principal prueba» contra Zougam fueron los testimonios de las testigos protegidos C-65 y J-70. Para intentar la revisión habría que obtener previamente una sentencia irme que condenase a ambas testigos por falso testimonio. Aun así, quedarían el testimonio de otro testigo protegido (que no compareció en el juicio, pero cuyas declaraciones policiales y judiciales contra Zougam fueron leídas en la vista y sometidas a contradicción) y otros indicios como su relación con la célula islamista y la venta en su tienda de las tarjetas de los teléfonos móviles empleados para detonar los artefactos explosivos. El Supremo estableció que todos esos elementos debían ser valorados conjuntamente y razonó que «si los indicios probatorios vinculan a un acusado tanto con el medio de comisión del delito (los artefactos) como con el lugar en que tal delito se cometió (los trenes), es razonable concluir que dicho acusado participó en el delito».


¿Hay precedentes de revisión de condenas basadas en testigos que declararon en falso?
Sí. De las siete condenas anuladas por ese motivo desde 1991, tres de ellas se referían a delitos muy graves: violación, tráfico de drogas y dos homicidios con tenencia ilícita de armas. Las otras cuatro procedían de juicios de faltas. En la mayoría de los casos, los propios testigos reconocieron haber incurrido en falsedad, lo que motivó su condena y propició la revisión de la condena del inocente.

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