De toda España llegan cada vez con más frecuencia informaciones, consultas e iniciativas promovidas por médicos y otros profesionales sanitarios que no quieren callar por más tiempo ante una ley radicalmente injusta como es la del aborto, que representa además la negación frontal de su vocación de servicio a la vida y a la salud de sus pacientes.
Las últimas noticias llegan de Málaga, donde, de acuerdo con la información divulgada en Sostenibilidad y Medicina por Juan Manuel Molina (ANDOC Sanitaria), en noviembre se han presentado trescientas cincuenta peticiones de objeción de conciencia a los responsables de centros de salud.
Asimismo, la Coordinadora Sanitaria de Objeción al Aborto de dicha provincia andaluza está concertando apoyos del Colegio de Médicos de Málaga y de los Sindicatos de Médicos. Tratan con ello de tener garantizado el asesoramiento y protección jurídica en caso de que las Autoridades sanitarias obstruyesen el derecho de objeción con medidas coactivas o disciplinarias, en cuyo caso pondrían denuncias por acoso laboral, y coacciones para que el personal sanitario realice funciones que no se ajustan al derecho de los sanitarios.
El personal sanitario denuncia que el Servicio Andaluz de Salud está tratando de imponer procedimientos de trabajo que no se ajustan a las garantías estatutarias de médicos y enfermeros a quienes pretenden involucrar como promotores en abortos inducidos.
Según destaca el propio Juan Manuel Molina, los médicos de la provincia de Málaga agradecen el apoyo que reciben de las organizaciones profesionales de la provincia, y por parte de asociaciones y colectivos de Derechos Humanos a nivel nacional, como son ANDOC, Profesionales por la Ética, Centro Jurídico Tomás Moro, y Médicos por el Derecho a Vivir.
La Coordinadora Sanitaria Malagueña considera que el derecho de objeción es una vía para evidenciar que el participar en abortos no es materia sanitaria, y que están dispuestos en hacer valer este principio ante las autoridades judiciales en el momento oportuno, y tantas veces como médicos y enfermeros sean reconducidos a procedimientos contenciosos.
Un periodista del equipo de Investigación de Intereconomía ha conseguido demostrar los obstáculos que Marruecos pone a los informadores españoles para entrar en este país. Las pruebas son evidentes. El sábado por la mañana el informador de nuestro Grupo lograba pasar la frontera entre Marruecos y Ceuta a través del paso del Tarajal, al indentificarse como un contable.
En efecto, al llegar a la frontera marroquí, el funcionario de Policía le preguntó dos veces si trabajaba para algún medio de comunicación. La respuesta fue no, pues dijo que trabajaba en un departamento de contabilidad. Mientras nuestro compañero completaba los preceptivos trámites, observó cómo la Policía marroquí negaba la entrada a dos periodistas españoles al presentar sus acreditaciones. Una vez conseguido el objetivo, el periodista de Intereconomía se dirigió a Fnideq, localidad que está a dos kilómetros de Ceuta. El ambiente del pueblo es tranquilo, sólo interrumpido por el tradicional mercadillo de los sábados. Tras una breve estancia, regresó a la frontera española.
Horas más tarde, el periodista repitió la misma operación de la mañana, pero enseñando su correspondiente acreditación de prensa de Intereconomía. El resultado fue la negativa de la Policía marroquí.
El periodista llegó al puesto de control, una caseta prefabricada, donde esperaban otros informadores franceses y belgas. El jefe de la Policía de Aduanas salió a su encuentro. El informador español le preguntó si podía "entrar en el país un equipo de cuatro personas".
El agente marroquí contestó: "Hasta ahora tenemos órdenes para no dejar entrar a los periodistas españoles... Déjame preguntarlo por si hay una nueva". La respuesta llegó pronto. No nos permitieron la entrada en Marruecos. En cambio, otros compañeros europeos tuvieron más suerte y podrán ejercer su trabajo.
Diferente trato
Cuando nuestro compañero le hizo notar al jefe de Policía de Aduanas la diferencia de trato, éste apeló a problemas internos. Y se despidió con un: "Perdona, otra vez será".
El trabajo ha merecido la pena, porque se ha conseguido el objetivo. Y es que Marruecos ha impuesto la censura a los medios españoles.
Marruecos, recuperada su independencia de Francia y España en 1956, se instauró la monarquía alauita con Mohamed V, amiga de Occidente y enemiga de sus vecinos. Invadió el Sahara en 1976 y mantuvo siempre un control –primero con Hassan II y después con su hijo Mohamed V- un sistema de monarquía parlamentaria en apariencia, con partidos políticos controlados por el Gobierno de S.M.Bajo el régimen
Hay que enseñarle los dientes a Rabat y hacerle comprender que el camino de las amenazas no le puede conducir a ningún buen puerto. ¿Por qué no nombramos a un buen saharaui embajador español ante Marruecos?
Los cigarrillos pusieron valor en el pecho del soldado en la trinchera, fueron la cortesía que se tenía incluso con el enemigo, el pretexto para trabar conversación con un extraño o la ligazón perfecta del romance. Los cigarrillos eran también lo único que tenía quien ya no tenía nada, y la mejor manera de hacer tolerables parásitos constantemente humanos como la soledad, el aburrimiento o el insomnio; en su vertiente más halagüeña, no dejaban de recordar, en cambio, a los placeres de la tertulia, a la conversación despreocupada, animada, cortés, al flirteo más ligero o a las copas. El tabaco tenía una gestualidad hermosa, inteligible, del todo valedera para establecer una solidaridad entre fumadores: hoy, con el descrédito público del tabaco, esa solidaridad entre fumadores tiene algo de complicidad monstruosa, como si en vez de compartir fumada estuviéramos despiezando juntos un cadáver. Adiós a los Gitanes de existencialismo y cuello vuelto, adiós a las hebras de Virginia, a la picadura de postguerra y realismo social: los cigarrillos terminarán en los mismos trasteros de olvido que los parasoles o los miriñaques.
En todo caso, el tabaco fue compañía insuperable para los libros: del XVII en adelante, no se recuerda a un solo escritor inglés que no haya fumado, si bien Keats debió dejar la pipa con la tuberculosis. Cabrera Infante le dedicó un fulgor de heterodoxia en Puro Humo, Kipling hizo la alabanza de los Por Larrañaga –recuerdo de viejas cubanías–, y cualquier fumador ha querido hacerse con uno de los Maria Mancini de Thomas Mann. A Svevo –literalmente– le obsesionó, y el filósofo Richard Klein se quitó de fumar aplicando al tabaco la estética kantiana en Los cigarrillos son sublimes. Machen hizo una Anatomía del Tabaco como una delicia apócrifa, y en el orientalismo del XIX no dejan de aromar los cálidos cigarrillos a la turca. En fin, ahí está nuestro Pla, alta la noche, fumando el cigarro que cuajará en un adjetivo definitivo como una epifanía.
El Ayuntamiento de Gijón ha proclamado al veterano líder comunista Santiago Carrillo hijo predilecto de la localidad. Lo ha hecho a iniciativa socialista y con el apoyo del Partido Popular.
Santiago Carrillo es uno de los mayores criminales políticos de la Historia de España. "Habrá que probar eso", dicen los interesados papanatas. No: todas estas cosas están sobradamente documentadas y probadas, en parte porque fueron juzgadas por los enemigos políticos de Carrillo, en parte porque fueron denunciadas por los conmilitones del viejo comunista y en parte, en fin, porque el propio interesado las ha narrado con singular desenvoltura.
República
Carrillo es responsable de haber conspirado abiertamente contra el orden democrático durante la II República. Él mismo lo cuenta. Fueron los años en que el PSOE abanderó la revolución contra el Gobierno legítimo de 1933. Carrillo, joven líder de las Juventudes Socialistas, formó parte del comité revolucionario organizado bajo la dirección de Largo Caballero. La Revolución de 1934, que –se mire como se mire– fue un golpe de Estado, se saldó con más de un millar de muertos. En Madrid, que era donde Carrillo debía actuar, el movimiento fracasó. Carrillo acabó en la cárcel. Allí, por cierto, empezó a recibir la visita del delegado de la Internacional Comunista Vittorio Codovilla, agente de Stalin.
Guerra Civil
Carrillo es responsable de haber alimentado la dinámica de violencia que condujo a la Guerra Civil. A lo largo de la primavera de 1936, Carrillo, convenientemente adoctrinado en el Moscú de Stalin –él mismo lo cuenta–, trabaja para fusionar al PSOE y al PCE en un único "gran partido del proletariado", fusión que debe comenzar por las juventudes de ambos partidos. La operación incluye la formación de milicias armadas. Son numerosísimos los testimonios –en particular, de miembros del PSOE– que atribuyen a Carrillo la dirección de esas milicias en Madrid. Después, en julio, cuando policías de obediencia socialista asesinan al líder de la derecha Calvo Sotelo, las cúpulas del PSOE y del PCE pedirán al Gobierno del Frente Popular que "se arme al pueblo". Y entre quienes formulan esa petición está el propio Santiago Carrillo.
Paracuellos
Carrillo es culpable directo del asesinato de miles de españoles durante las jornadas negras de noviembre de 1936, las jornadas de Paracuellos. Los hechos son bien conocidos y negarlos es simplemente mentir. Desde septiembre de 1936, el Gobierno del Frente Popular, por instigación directa de la Internacional Comunista –es decir, de Moscú–, había decidido aniquilar a la llamada "quinta columna", es decir, a los ciudadanos de derechas que eventualmente pudieran ayudar a Franco a tomar Madrid. Con esa excusa, miles de madrileños fueron detenidos, torturados y asesinados. El proceso ya estaba en marcha cuando Carrillo se vio convertido en responsable de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid. Después, con él al frente, las sacas de las cárceles y las matanzas en Paracuellos prosiguieron. Y no cesaron hasta que Carrillo fue apartado del cargo. En conjunto, la cifra de presos asesinados durante noviembre y diciembre de 1936 en Madrid superará los 2.500. Las sacas durante la etapa de Carrillo como responsable de Orden Público se traducen en un mínimo de 2.000 muertos.
PCE
Después de la guerra, Carrillo es responsable del desmantelamiento del PCE –sí, del PCE– en el Madrid del primer franquismo. Los líderes comunistas que operaban en España lo hacían al margen de la dirección en el exilio, y las cúpulas de Moscú y Méjico decidieron anularlos. ¿Cómo? Delatándolos a la Policía de Franco, como le ocurrió a Heriberto Quiñones.
Ese procedimiento se repetirá una y otra vez con los disidentes, y en particular con el círculo del líder comunista Jesús Monzón. A veces serán delatados por la propia dirección del PCE ante la Policía española, como Arriolabengoa, y otras veces serán directamente asesinados por enviados del PCE, como les sucedió a Gabriel León Trilla, Pérez de Ayala (Enrique Cantos), Luis Montero y Domingo Ungría, entre otros. Carrillo ya era entonces responsable de la organización del PCE en España. Maquis
Santiago Carrillo aparece también como responsable directo de la eliminación del maquis –comunista– a partir de 1948, cuando Stalin decidió que la estrategia del PCE debía cambiar y suprimir la lucha guerrillera. ¿Cómo se suprimió? Suprimiendo a los propios interesados. Los nombres de los líderes guerrilleros asesinados por el propio PCE –directamente o delatándolos a la Policía– son muy numerosos: Baldomero Fernández Ladreda Ferlo, Víctor García El Brasileño, Basilio Serrano El Manco, Francisco Corredor El Gafas… Carrillo es el culpable directo de la expulsión, delación, encarcelamiento y posterior muerte del líder comunista catalán Joan Comorera, disconforme con la línea del PCE. Líster lo cuenta así en su libro Basta. Hay más, pero no vale la pena extenderse. Quien quiera detalles suplementarios, que lea El libro negro de Carrillo (Libros Libres, Madrid, 2010). Los delitos de guerra de Santiago Carrillo prescribieron hace mucho tiempo. No por la amnistía democrática de 1977, como tanta gente repite hoy, sino por el decreto de 1966 –esto es, con Franco– de extinción de responsabilidades políticas. Pero la huella que Carrillo ha dejado en la Historia de España no se puede ocultar ni maquillar. Todos podemos entender que, en nombre de la convivencia, la opinión pública prefiera olvidar los crímenes de un nonagenario y subrayar su contribución al bien común. Pero eso es una cosa, y otra muy distinta es convertir al tal anciano en hijo predilecto de nada. Máxime cuando ese anciano, en un revival senil, busca justificar lo menos justificable de su vida.
Sábado 4 de diciembre, nueve de la mañana. Los ánimos en la torre de control de Torrejón estaban firmes. Muchos controladores habían acudido con sacos de dormir en solidaridad con sus compañeros de noche. Habían decidido dar un golpe de efecto y lo habían conseguido. El espacio aéreo estaba cerrado y el Gobierno nervioso. Iban ganando. Al menos eso creían. La clave estaba en aguantar. La alternativa Reagan de utilizar a los controladores militares era inviable. Ni son suficientes, ni están preparados. Pero es que además, los mismos castrenses habían señalado que dejarían en solfa la seguridad nacional.
La clave estaba en el pulso. Era la única salida que –entendían– les dejaba el Gobierno tras un año de humillaciones públicas, demonizaciones, mentiras y maltrato. "Nos sentíamos indefensos, no teníamos alternativa", explica a LA GACETA una controladora a las puertas del centro de Torrejón. ¿Y los tribunales? "Lo estábamos perdiendo todo y ellos se permitían machacarnos y remitirnos a los tribunales con desdén".
Acorralados, deciden echarse al monte y coger las de Villadiego. "Sabíamos que nos iban a amenazar con ir a la cárcel y que nos iban a militarizar", reconoce otra controladora. Con el ánimo de llegar hasta el final y de aguantar de manera solidaria, recibieron el decreto del Consejo del viernes y la militarización de las 21.30. Los ánimos seguían firmes. "La militarización tenía efecto nulo porque seguían bajo jurisdicción laboral", señalan fuentes del PP.
Sin embargo, a las 11.00 aparece en la torre de Torrejón el presidente del sindicato USCA, Camilo Cela, sobrino del escritor. Llega en coche oficial "y con una cara demacrada", señalan los testigos. "Estaba roto". Hay incluso quien piensa que fue sometido a tortura psicológica. "Tenía la cara por las rodillas", señalan. "No sabemos lo que le hicieron, pero estuvo con militares, la presión debió ser brutal", añade otro controlador.
"Por favor, enchufaos –regresad al trabajo– que lo perdemos todo", fue el mensaje de Cela. Previamente, la junta directiva de USCA había deliberado y votado. Sólo un miembro votó por continuar la huelga salvaje. La sorpresa del motín de Torrejón fue mayúscula. Habían quedado en aguantar hasta el final "pasara lo que pasara". Pero ahora ya había pasado. ¿Y qué había pasado? En las reuniones entre Cela y el Gobierno, el Ejecutivo les había enseñado los expedientes de embargos de sus casas y bienes. Además, les habían amenazado de que tras la declaración del estado de alarma, en la misma tarde del sábado entrarían en la prisión militar acusados de sedición.
"Gente normal"
"Somos gente normal, buena gente, tenemos familia e hijos, ¿cómo le explicaba yo a mi hija que su madre estaba en la cárcel?", dice una controladora. Los ánimos se rompen. Algunos reclaman aguantar hasta el final. Al fin y al cabo, es lo que habían quedado. Si querían ganar tenían que aguantar todos. El Gobierno podría meterles en la cárcel, pero seguiría con el espacio aéreo cerrado. "Algo debió pasar entre las 9 y las 11 para que Camilo cambiara tanto; no me cuadra", señala un controlador con tono de intriga.
El caso es que tras observar a su líder derrumbado y ante la amenaza de perder la casa y entrar en prisión, la mayoría optó por regresar al trabajo. Nueva humillación. "Con los estribadores no se atrevieron; a ellos les intentaron hacer lo mismo y respondieron que ellos no eran controladores, que iban en serio", apunta una. "Hay compañeros que están planteándose el suicidio. Nos están tratando peor que a terroristas", añade otro.
¿No sabíais que esto iba a ocurrir? "Sí, pero hasta que no lo tienes encima, no eres consciente", reconocen. Quizás porque pensaron que el Gobierno no se atrevería a llegar tan lejos. Al fin y al cabo, es éste el Gobierno que paga rescates a los piratas y que aplica "con prudencia" la Ley de Banderas. En este caso, sin embargo, les cayó todo el peso del Estado encima.
¿Por qué no montasteis una rueda de prensa el martes para quejaros de la oferta de convenio el domingo?, ¿por qué no anunciasteis el viernes que el decreto de las horas era ilegal y que lo recurrirías? Las respuestas disienten. Algunos reconocen que la política de comunicación de USCA "ha sido un desastre". Otros les disculpan. "Nosotros no somos políticos, no entendemos los medios, sólo sabemos controlar aviones". En todo caso, lo que se les viene encima es una cascada de responsabilidades. La primera, la laboral. Ya hay expediente abierto a los 442 que se levantaron de sus puestos.
El acuerdo verbal alcanzado por Cela con AENA es que habría una sanción de suspensión de un mes de empleo y sueldo. Sin embargo, LA GACETA ya informó que el Gobierno prepara un laudo para rebajar sus condiciones de trabajo. A la responsabilidad laboral hay que sumar la penal. La Fiscalía ya ha abierto investigaciones. Y, por si fuera poco, el despacho de Cremades representa a 3.000 afectados que piden indemnizaciones por daños y prejuicios contra los controladores.
Por otra parte, ayer quedaron patentes las diferencias existentes entre los controladores y sus dirigentes sindicales. El portavoz de USCA, César Cabo, calificó de "desmedida" la reacción de los controladores, que se ha producido "provocada por meses de acoso, una ley y varios decretos" que recortan los derechos del colectivo.
En los mostradores de información de AENA, los empleados señalaban que los problemas habían mermado en comparación con el sábado y que las mayores dificultades se centraban en encontrar plazas para los viajeros que se habían quedado sin poder volar entre el viernes y el sábado, sobre todo al extranjero.
Este era el caso de un grupo de viajeros colombianos que llevaban en el aeropuerto de Barajas desde el viernes y que se quejaban de la falta de una reacción apropiada por parte de Iberia, la aerolínea que usa la nueva terminal T-4 junto a otras compañías de la alianza One World.
"No nos han dado ni información, ni hotel, ni agua ni comida", denunciaba uno de los afectados, que ha estado dos veces, sin éxito, en lista de espera para vuelos a Bogotá.
Todos afirmaron que entienden que "los controladores, como trabajadores, tienen derecho a reclamar mejoras en sus condiciones laborales pero no a chantajear a un país".
En cambio, un grupo de jubilados que viajaban a Palma de Mallorca con el IMSERSO arremetieron contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por no haberse anticipado a la reacción de los controladores aéreos.
A las 19.00 horas las colas en los mostradores de facturación eran las habituales en todas las terminales del aeropuerto de Barajas, después de que por la mañana todavía se registraran algunas aglomeraciones ante los problemas de las aerolíneas para reubicar a los pasajeros.
Tampoco había incidentes en los controles de seguridad ni especial actividad en las cafeterías, que aseguran no haber dado a basto en los últimos dos días, ni en las tiendas del aeropuerto.
El Prat
El aeropuerto de El Prat de Barcelona ha vuelto hoy a la normalidad después de la jornada negra que se vivió el sábado a causa del paro sorpresa que iniciaron los controladores aéreos hace dos días; si bien esta tarde ha habido un poco más de colas que esta mañana para poder tomar los vuelos previstos.
Según fuentes de la empresa pública AENA, El Prat programó para hoy 713 vuelos, 44 más de los inicialmente previstos por los refuerzo fletados por algunas compañías para reubicar a pasajeros afectados por el paro sorpresa de los controladores aéreos.
Las principales compañías aéreas de El Prat, que habían cancelado sus vuelos hasta las 6,00 h. de la madrugada de hoy, como son Iberia, Vueling, Spanair, Air France, KLM y otras, han funcionado con total normalidad.
También lo han hecho las compañías de bajo coste de EasyJet y Ryanair, y los aeropuertos de Girona y Reus han vuelto a estar operativos y se han llevado cabo los vuelos previstos.
Sin embargo, la normalidad no ha podido ser total después de que ayer se cerrara el espacio aéreo de manera que en El Prat se han registrado 24 nuevas cancelaciones, la mayoría a primera hora de la mañana, por problemas de reorganización de las compañías y retrasos puntuales por la pérdida de algunas conexiones.
La mayoría de los retraso corresponden a vuelos que no han podido salir al no hallarse preparados los aviones en las pistas por la inactividad en la jornada de ayer.
En total se han presentado 5.000 reclamaciones a Aena por los vuelos perdidos por parte de las personas afectadas por el caos aéreo de los últimos dos días.
Según AENA, la totalidad de los controladores aéreos han acudido a sus puestos de trabajo en el centro de control de Gavá y en las torre de control del Prat, tanto en el turno de ayer por la noche como el de esta mañana
Así lo manifestó el presidente de los populares en declaraciones a los periodistas antes de partir hacia Madrid desde el aeropuerto de Guacimeta en Lanzarote, desde donde debía volar el viernes cuando se produjo el cierre del espacio aéreo después de que los controladores abandonasen sus puestos de trabajo.
Mariano Rajoy aseguró que el PP apoyará en el debate previsto en el Congreso de los Diputados la iniciativa del Gobierno de decretar el estado de alarma, pero "aparte de eso", añadió, también va a pedir al Ejecutivo que "explique lo que ha ocurrido y lo que han hecho".
Rajoy manifestó que el Gobierno lleva desde febrero elaborando un decreto relativo a las condiciones laborales de los controladores aéreos "y no sabemos cómo lo ha gestionado", pues ahora, tras su aprobación en el pasado Consejo de Ministros, se ha creado "un perjuicio enorme a mucha gente".
Apuntó que se ha perjudicado "a muchísimos españoles que habían estado ahorrando para coger unos días de vacaciones y también al sector del turismo. Desgraciadamente aquí a Canarias no va a venir muchísima gente y estas cosas las tiene que explicar políticamente el Gobierno".
"Una cosa es que se tomen las medidas que se tengan que adoptar contra los controladores y otra es que el Gobierno explique su gestión como es su obligación en una democracia como es la nuestra", manifestó el líder popular.
Sobre su estancia en Lanzarote comentó que "no era esto lo previsto", tras no poder salir de la isla desde el viernes, y expresó su deseo de volver a la isla "pero porque lo decido yo y no porque lo decidan los controladores de España".
Tras dos días de auténtico infarto, de furia informativa, durante los cuales apenas se ha hablado de otra cosa que del caos provocado por la huelga encubierta de los controladores aéreos, podría ser que no nos dejasen ver la magnitud de la catástrofe –y no precisamente aeroportuaria– a la que colectivamente nos enfrentamos. Porque la realidad es que las torres de control de los aeropuertos no son, ni de lejos, el mayor problema del país. España se encuentra sumida en la mayor crisis económica del último medio siglo, una agudísima recesión que ha venido acompañada de una no menos preocupante crisis política con su corolario de falta de legitimidad para la casta que nos gobierna, y de una profunda crisis de valores que, aunque cristaliza hoy con singular fuerza, arrastramos desde hace una generación.
En esta difícil coyuntura de triple crisis, que se produce, para colmo, de un modo simultáneo, nos hallamos. La económica, quizá la que más certeramente perciba la ciudadanía, no tiene visos de arreglarse en el medio plazo. La economía nacional está paralizada. Y una afirmación como ésta no entra dentro de lo opinable, sino que está atada a hechos perfectamente contrastables, como las desmadradas cifras de desempleo, el endeudamiento público y privado, la fuga de capitales o la ya crónica anemia inversora por parte de los agentes privados.
Las recetas aplicadas sobre el enfermo, una suerte de sangría presupuestaria adornada con grandes dosis de demagogia populista, se han revelado del todo ineficaces. España está mucho peor que hace tres años, momento en que el PIB empezó a caer en picado. Los sucesivos planes de estímulo y las onerosas políticas "sociales" anunciadas a bombo y platillo por Zapatero lo único que han conseguido es asfixiar a los contribuyentes y poner al Estado al borde mismo de la bancarrota en dos ocasiones: una, en el mes de mayo; la otra, hace sólo unos días.
Las reformas que la economía precisa no llegan, o lo hacen con cuentagotas para luego ser retiradas o dulcificadas cuando la fría matemática de las encuestas electorales se vuelve adversa para el inquilino de La Moncloa. Con estos bueyes, definitivamente, no podemos arar, simplemente porque desconocen tan elemental faena.
Éste, el de una casta política elefantiásica e incapaz de atender las demandas de los ciudadanos, es el segundo gran problema de España. Lejos de constituirse en modelo a imitar, los políticos viven en un mundo aparte, rodeados de comodidades, entregados a la ingeniería social y la autocomplacencia, cuando no a la corrupción y el clientelismo. Como consecuencia, las instituciones se encuentran bloqueadas y el crédito de la política en mínimos históricos.
Por último, como mar de fondo, España sufre en silencio una crisis de valores. El relativismo más zafio se ha instalado en nuestra sociedad, que apenas ya distingue entre lo bueno, lo malo y lo peor. De esta gravísima dolencia de orden moral tal vez sea la educación su síntoma más evidente. Tomando por bueno el pernicioso principio del todo vale, la sociedad se ha infantilizado, encumbrando la irresponsabilidad individual y la cultura del mínimo esfuerzo.
Ante problemas de tal envergadura, pretender que el mayor es una simple huelga de controladores, por muy salvaje que ésta haya sido, es propio de sonámbulos que han perdido todo contacto con lo que de verdad está sucediendo a su alrededor.
Seamos sinceros con nosotros mismos; mucho antes de que el Rey sancionase desde Buenos Aires el estado de alarma, ya nos encontrábamos así. Le pese a quien le pese.
Así se ha pronunciado Alonso en rueda de prensa en la sede de su partido y poco después de que el PP, en boca de su portavoz en el Congreso, Soraya Saénz de Santamaría, subrayara que dará al Gobierno todo el apoyo que necesite en este asunto, pero no dejará de exigir al Ejecutivo que aclare sus negociaciones con los controladores durante estos días y los últimos años.
Frente al "chantaje" de los controladores, ha dicho Alonso, el Gobierno ha actuado de manera "rápida, eficaz y contundente" y ha usado los instrumntos que permite el Estado de derecho para "amparar" los intereses de cientos de miles de ciudadanos "tomados como rehenes" y los del país.
"Ha actuado como tenía que hacerlo y cuando tenía que hacerlo", ha enfatizado Alonso, quien ha contrapuesto esta actitud a la del PP, a quien ha advertido que en asuntos como éste no debe hacer política partidista porque están en juego los intereses generales y la imagen de un país.
"Ningún Gobierno puede tolerar que se haga un chantaje al Estado. En estos asuntos siempre hay que estar con el Gobierno, sin fisuras", para evitar la mala imagen del país y en defensa de los intereses estratégicos de España, como el sector del turismo que en este caso ha sido perjudicado por la huelga imprevista de los controladores, ha añadido.
Ha pedido al PP que explique de qué hablaron algunos de sus dirigentes con los controladores en reuniones previas al conflicto y que, según ha señalado Alonso, han sido confirmadas por el portavoz del sindicato del colectivo.
En su defensa a la actuación del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero, el portavoz socialista parlamentario ha resaltado la gestión "absoluta y extraordinariamente competente, eficaz y brillante" del Gobierno, que "cuando surge el problema, lo ataja".
Sobre el papel de Zapatero en este asunto, ha recordado que el jefe del Ejecutivo ha estado al frente del gabinete de crisis desde el primer momento y "liderando" la respuesta "contundente" del Estado al conflicto para restablecer la normalidad.
Zapatero comparecerá, además, el próximo jueves en el Congreso para explicar todo lo relacionado con la situación que han vivido los aeropuertos y que ha afectado a más de 600.000 usuarios.
"Ahora llega el momento de las responsabilidades, y el Gobierno debe exigir la máxima responsabilidad a todos los que hayan tenido que ver con esa huelga salvaje". En este punto, Jiménez ha apostado por aclarar "el papel que el PP ha jugado en la planificación de la huelga", así como que los populares expliquen "qué salió de la reunión que importantes dirigentes populares, incluidos senadores, mantuvieron el pasado día 3 con el portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), César Cabo". "Nos tememos que el PP haya tenido que ver algo en ese golpe de estado económico que intentaron dar los controladores", ha lamentado.
De este modo, ha criticado que la reacción del PP en torno al problema "demuestra la máxima insensibilidad e irresponsabilidad", agregando que los populares "quieren llegar al poder a cualquier precio", en este caso "desprestigiando la imagen del país", y ha incidido en que el PP "no ha defendido a España ni al Gobierno en un momento tan delicado, sino que ha defendido a los controladores, que no son trabajadores como los trabajadores de España, sino votantes del PP, gente privilegiada que prefiere un Gobierno del PP y que ayer formaron parte de la estrategia política irresponsable y dañina del PP".
Dimisión de Blanco
Rafael Hernando, ha pedido la dimisión del titular de Fomento, José Blanco, al demostrarse "incapaz" de negociar con los controladores y por promover la aprobación, el pasado viernes, de un decreto que sabía iba a ocasionar consecuencias "graves", en declaraciones a Efe. y por utilizar a los ciudadanos como rehenes en este conflicto.
"En vez de emplear a los Alonso -el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso- y a los Zarrías -alusión a Gaspar Zarrías- para desviar la atención acusando al PP de conspiraciones delirantes, debería dimitir y dejar paso a alguien que sea capaz de resolver" la situación, ha subrayado.
A su juicio, más que buscar soluciones, Blanco "ha echado más gasolina al fuego".
Rafael Hernando, ha pedido la dimisión del titular de Fomento al demostrarse "incapaz" de negociar con los controladores y por promover la aprobación, el pasado viernes, de un decreto que sabía iba a ocasionar consecuencias "graves", en declaraciones a Efe,
"En vez de emplear a los Alonso -el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso- y a los Zarrías -alusión a Gaspar Zarrías- para desviar la atención acusando al PP de conspiraciones delirantes, debería dimitir y dejar paso a alguien que sea capaz de resolver" la situación, ha subrayado.
A su juicio, más que buscar soluciones, Blanco "ha echado más gasolina al fuego".
Ha subrayado, además, que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sabía que con el decreto aprobado el viernes, el que procedía a limitar las horas de trabajo de los controladores, entre otros aspectos, pondría "el detonante" para una "reacción ilegal y salvaje" de este colectivo.
Según ha indicado el portavoz del grupo popular en asuntos de inmigración, los controladores son responsables del caos aéreo de estos dos últimos días, durante los que se han cancelado más de 4.000 vuelos, afectando a más de 600.000 personas, pero también el Gobierno.
"No le ha importado usar a miles de ciudadanos que iniciaban sus vacaciones, o sus pequeñas vacaciones, como víctimas de unas decisiones que tienen como objetivo hacer caja con AENA", ha añadido.
Hernando, según ha declarado, ve "pura desidia e impotencia" en el Gobierno, pues en los siete años que lleva en el poder no ha hecho nada por encontrar puntos de acuerdo con el colectivo de los controladores.
Según sus palabras, el actual ministro anunció hace un año que ampliaría la plantilla de controladores mediante contrataciones de profesionales que procedían del ámbito militar o vinieran del extranjero, incluso mediante la entrada de algunos nuevos.
Pasado ese tiempo, "nada de esto se ha hecho", ha asegurado el diputado del PP, para quien, asimismo, tuvo que ser el presidente del Gobierno el que compareciera para anunciar la imposición del estado de alarma.
Para Hernando, la militarización de los controladores no arreglará el conflicto. "Nada garantiza que en las próximas navidades no nos volvamos a encontrar en una situación similar", ha recalcado.
Además, las fuentes especifican que hay también efectivos supervisando todo el dispositivo que se está coordinando en el cuartel general del Ejército del Aire.
Según han asegurado estas mismas fuentes, durante la mañana los trabajadores de las torres de control han trabajado "con normalidad", no hay incidentes y todo el personal civil de los controladores que se tenían que incorporar entre las 06.00 y las 08.00 de la mañana "lo han hecho con normalidad". Precisan que se han incorporado todos los operarios programados salvo "casos muy puntuales" que están convenientemente justificados.
Con respecto a la operatividad de los aeropuertos, aseguran que se están operando "los vuelos previstos" y concretan que algunas cancelaciones que se están produciendo como en el caso del aeropuerto de Madrid-Barajas, no se deben a problemas de control sino a la "reestructuración y reorganización de las propias líneas aéreas por las cancelaciones de los días anteriores"
Las mismas fuentes también informan de que hay algunos retrasos en los aeropuertos canarios pero precisan que se deben a problemas meteorológicos, no a incidencias de control.
"El caos de estos días y la reacción desmedida del colectivo ha venido provocada por meses de acoso, una ley y varios decretos que recortan nuestros derechos, nos quitan un convenio y vienen acompañados de una campaña brutal de desprestigio en contra de la profesión", destaca el portavoz de los controladores en el muro de su página de Facebook.
"Esta ha sido, y será una reivindicación de derechos laborales no salariales. Solo pedimos estabilidad laboral y que cesen el acoso y la discriminación", sentencia Cabo.
El portavoz de USCA, también ha calificado de "desmedida" la reacción de los controladores, que se ha producido "provocada por meses de acoso, una ley y varios decretos" que recortan los derechos del colectivo.
El portavoz aclara en su cuenta de Twitter que el colectivo dará "todas las explicaciones" y recalcó que "no tiene justificación lo que ha pasado". "Ahora estamos bajo la ley militar", finaliza.
Así lo ha anunciado hoy en una rueda de prensa ofrecida en Valencia el senador del PP Pedro Agramunt, quien ha supuesto que el grupo popular en el Congreso "hará lo mismo a continuación".
Según ha dicho, Zarrías intenta "culpar" al PP de la huelga "salvaje" de los controladores aéreos, lo que su juicio es una "enorme mentira" y un ejemplo "indescriptible" de "cobardía".
"Le pido que aclare quién del PP y dónde se ha reunido con los controladores para planificar esta huelga salvaje. Si no lo hace que reconozca que ha mentido y que rectifique públicamente; si tampoco lo hace que dimita, y si no dimite que sea cesado inmediatamente", ha exigido Agramunt.
"Los senadores del PP, a partir de este momento, no asistirán a ningún acto en el que esté presente o intervenga Zarrías. Supongo que el Congreso hará lo mismo a continuación", ha advertido.
Agramunt ha admitido que el senador popular encargado de "cuestiones aeronáuticas" se ha reunido con los controladores, pero "como con todos los colectivos y junto con todos los portavoces del Senado", ha precisado. EFE
"¿Alguien se imagina que entra un guardia civil o un militar con una pistola?. Es sencillamente inimaginable", ha señalado Rubalcaba que ha asegurado que la persona "compungida" que contó esa historia en televisión "miente".
Rubalcaba ha indicado que no hay más que recurrir al "sentido común" para saber que esto es "inimaginable", al tiempo que ha recordado que el Gobierno simplemente decidió que el control aéreo pasara a manos de Defensa, lo que provocó que los militares acudieran a las torres de control para ver quien estaba trabajando y quien no y levantar los correspondientes atestados. "Punto final", ha añadido.
El vicepresidente primero, que ha reconocido que la noche del viernes al sábado fue "larga y complicada" y con momentos de "gran preocupación", ha asegurado que la situación se está normalizando, aunque ha admitido que se tardará al menos 48 horas en recuperar una situación de "plena normalidad". "No se puede hacer de golpe", ha subrayado, tras recordar que hay que rehacer planes de vuelo, calendarios y tratar de introducir los vuelos perdidos.
El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha sacado una conclusión del caos aéreo provocado por el paro imprevisto de los controladores: "quien le echa un pulso al Estado, pierde".
Esa es la lección que se puede extraer de todo el conflicto, ha dicho hoy Rubalcaba en declaraciones a Onda Cero, poco después de justificar las medidas extraordinarias adoptadas por el Gobierno tras la situación generada en los aeropuertos, como la declaración del estado de alarma.
"Había que hacerlo" porque "no puede ser que periódicamente se eche un pulso al Estado sin que el Estado responda", ha subrayado el vicepresidente, quien ha dejado claro que la "irresponsabilidad" y la "tropelía" de los controladores "no les van a salir gratis".
El durián es una fruta de descomunal tamaño: mide treinta centímetros de diámetro y pesa entre uno y tres kilos. En España, el durián es desconocido, pero en el Sudeste Asiático está considerado como el rey de la fruta.
Más allá de la razón o sinrazón de los controladores que defienden sus privilegios a capa y espada, la crisis de este puente de la Constitución se debe, sin paliativos, a la pésima gestión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que en pleno conflicto con los controladores se atreve a anunciar, con nocturnidad y alevosía, la privatización de AENA y otros entes públicos. Creer que sus medidas no desencadenarían reacción social alguna es simplemente de cretinos que no se merecen el puesto que ocupan.
En cualquier caso, la actual crisis que ha dejado a todos los aviones en tierra no es sino la metáfora viva de la España de Zapatero: un país aislado y sin opciones ante la crisis. Porque esa es otra, en este pulso quienes están haciendo el mayor de los ridículos son Zapatero y sus ministros, desde Pepiño Blanco a Carmen Chacón quienes por prepotencia o desconocimiento, o ambas cosas a la vez, no se han cansado de lanzar órdagos que no han conducido más que al bochorno y a que la situación no se normalice, por las buenas o por las malas.
Yo, que tenía que volar hacia Estados Unidos por trabajo y he agotado mi paciencia en las infinitas colas sinsentido del Aeropuerto de Barajas, me he acordado mucho del ex presidente norteamericano Ronald Reagan y el despido masivo de todos los controladores aéreos americanos por su huelga de agosto de 1981. Su decisión de militarizar el control del espacio aéreo entonces sí que surtió el efecto que se necesitaba. No como aquí, que las amenazas del Gobierno son menos que papel mojado. Sólo para la galería y dar la sensación, falsa, de que se está al mando de la situación.
Esta semana ha sido dura para España precisamente porque este Gobierno de cretinos ya no podía inspirar la más mínima piedad a los mercados, que nos colocaban en el sitio al que Zapatero nos ha llevado y en el que ya están Grecia e Irlanda, la quiebra. El fin de semana está siendo duro para los españoles que ansiaban unas merecidas vacaciones o para gente, como yo, que necesitamos trabajar en un país de paro y lágrimas. La mala gestión del Gobierno la pagaremos todos porque los ojos están puestos sobre España.
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