Nuestro amigo Carlos Jariod, profesor de Filosofía y presidente de la asociación de docentes Educación y Persona, publica en Análisis Digital una perspectiva diferente, particulamente luminosa, sobre el significado del Informe PISA 2010, dado a conocer la semana pasada.
'La pedagogía dominante, explica Jariod, ha reducido la praxis educativa (…) a una actividad productiva, tratable además mediante estadísticas', lo que implica 'no entender nada de lo que significa educar'.
Por su gran interés, reproducimos a continuación el artículo de Carlos Jariod.
Carlos Jariod Borrego Presidente de Educación y Persona
(Análisis Digital, 14/12/2010)
Una vez más se hace público el Informe PISA. En esta ocasión ha medido en detalle la comprensión lectora, además de la matemática y la científica. Y una vez más vuelve España a mostrar la mediocridad educativa que todos conocemos de sobra. PISA no descubre nada que no sepamos; lo interesante, quizá, sea la cuantificación de la mediocridad: ponemos números al marasmo educativo –y ya se sabe que eso de poner números es cosa muy importante para muchos.
No obstante, no me resisto a anotar algunas observaciones, quizá ocurrencias, sobre el Informe en sí mismo y acerca de lo más significativo del mismo.
Parece que el Informe PISA -o los procedimientos que desde las Administraciones proponen para evaluar el sistema educativo- se ha convertido en el oráculo por el que determinar la salud de nuestra educación. Así, estudios empíricos, con refinado aparato matemático, demuestran la buena o mala enseñanza de países, autonomías, tipos de centro, etc. Unos se sentirán satisfechos y otros mirarán incómodos para otro lado. Pero la educación no es esto.
Como el asunto es complejo y largo, lo intentaré expresar con precisión: la pedagogía dominante ha reducido la praxis educativa a una mera poíesis educativa, esto es, a una actividad productiva, tratable además mediante estadísticas. Sólo es relevantemente educativa aquella instrucción (lectora, matemática, científica o digital) que pueda ser mensurada. La reducción de la educación a instrucción medible matemáticamente parte de un principio que podríamos llamar principio de productividad; según este principio la escuela, como si fuera una empresa, debería rendir cuentas a la sociedad de sus resultados concretos. Claro que éstos no son el grado de integración ciudadana de los jóvenes, el aprendizaje y práctica de las virtudes (¿valores?), el interés cultural por renovar y conservar a la vez la tradición que nos une o el compromiso o la indiferencia juvenil ante la adquisición de conocimientos. Nada de eso mide PISA, por la sencilla razón de que nada de eso es matematizable.
Hacer de la medida el único elemento que condena o absuelve a una praxis educativa es no entender nada de lo que significa educar. Si hay alguna actividad humana en la que los aspectos cualitativos son esenciales, es la educación puesto que en ella se produce un encuentro entre alumno y profesor; la categoría de encuentro no puede reducirse a la dimensión productiva, aun cuando a ésta se la deba dar el papel que merece. Empequeñecer el encuentro de dos personas, ligadas por una tradición cultural de la cual el docente es el portavoz, a una cuenta de resultados es deformar el significado profundo del hecho educativo.
De esta visión impersonal de la educación se derivan consecuencias graves. Acaso la más notable es la ausencia de la finalidad y del significado de todo proceso educativo. Por qué y para qué los jóvenes estudian matemáticas, ciencias y leen son preguntas tan impertinentes que no se hacen. Pero esas preguntas son precisamente las importantes en educación, si queremos una instrucción adecuada en comprensión lectora, matemática y científica. ¿Qué es lo que nos mueve a los profesores a enseñar?, ¿qué es lo que impulsa a un joven a interesarse por Don Quijote o por la trigonometría? Pero también: ¿por qué es aburrido el estudio de la Historia o del Universo para la mayoría de nuestros alumnos? De nada de esto nos informa PISA.
Me temo que el fracaso educativo no se mide en números; o al menos no sólo en números. Parece, más bien, que es un fracaso de sentido, de un oscurecimiento de las razones por las que estudiar, de una ignorancia manifiesta de las metas a alcanzar. Y la situación es tan crítica que los jóvenes, contaminados por el hedonismo y el individualismo imperante, expresan indiferencia ante su alienación junto con una ignorancia respecto de lo que podrían llegar a ser. Desde luego, tampoco PISA informa de ello.
Si impugnamos la pedagogía dominante, de tipo pragmatista, debemos relativizar todos los sistemas evaluatorios actuales, también el que nos ocupa. Que no se me entienda mal. No afirmo que el Informe PISA u otros no nos informan de nada relevante. Tampoco defiendo que la escuela no deba responder ante la sociedad. Denuncio el carácter oracular, es decir, puramente mitológico de los sistemas de evaluación actuales. Éstos miden lo que miden; y lo que miden ellos mismos lo deciden, partiendo de una concepción determinada de la educación. Pero ni es la mejor ni es la única. Es sorprendente el que personas de diferentes credos políticos o educativos consideren pedagógicamente neutral análisis evaluatorios como el de PISA.
Con todo, el Informe sí nos ilumina sobre algunas características internas de nuestro sistema educativo, que son muy significativas. Es posible que en un próximo artículo me detenga en alguna de ellas.
Ante mí un examen de filosofía de primero de bachillerato de uno de mis alumnos. Junto al examen, un comentario de texto escrito a última hora por el mismo joven. En ambos escritos, siempre que aparece el verbo "deber" el alumno lo escribe con uve. Nada infrecuente, créanme. Sin duda, en el colegio sus maestros le corregirían, otro tanto sus profesores de instituto, como lo hago yo ahora. Y sin embargo… ¿cómo explicarlo? Tengo para mí que el fallo no está en la incompetencia de sus maestros y profesores, en la escasez de medios económicos de la familia, en la situación política del país o en una posible anomalía psicológica del muchacho. Quizá todo sea más sencillo.
Quizá se deba a que no ha descubierto la importancia de la lengua que habla, su belleza, su rigor, el tesoro que posee sin darse cuenta de ello. Quizá no ha descubierto la importancia de hablar bien, de escribir correctamente. Es posible que no haya reparado en la vida que habita en las palabras que escucha y lee. Por todo ello, a mi alumno le resulta indiferente escribir con faltas de ortografía, no le encuentra sentido.
Sospecho que cuando un alumno sabe por qué y para qué estudia, sus resultados son mejores que si desconoce el significado de lo que estudia. Ésta es mi hipótesis. Pero me temo que no tiene cabida en los refinados análisis del Informe PISA.
De acuerdo con las informaciones de la BBC, el Parlamento de Escocia acaba de rechazar por una amplía mayoría el 'Margo MacDonald's End-Of-Life Assistance bill', que hubiera supuesto la legalización de la eutanasia en Escocia. El resultado de la votación ha sido 85 votos por el rechazo de este proyecto de ley, 16 a favor y 2 abstenciones.
Según datos de la Euthanasia Prevention Coalition (Coalición para la Prevención de la Eutanasia), este amplio apoyo parlamentario en Escocia al respeto de la vida y la dignidad de la persona hasta la muerte natural llega después de un éxito similar en Australia del Sur, con una mayoría de 12 a 9. En Septiembre, un proyecto también parecido había sido rechazado por 29 a 11 votos en Australia del Oeste. El 21 de Abril, Canadá rechazó asimismo el bill C-384, que hubiera supuesto la legalización de la eutanasia y el suicidio asistido. La votación en el caso de Canadá fue de 228 a 59. También en el pasado mes de Enero, un proyecto del estado norteamericano de New Hampshire, que hubiera legalizado el suicidio asistido al "estilo Oregón", fue rechazado por 242 a 113 votos.
Comentando los resultados en el Parlamento de Escocia, Gordon Macdonald, de la Care Not Killing Alliance (Alianza Cuidarles No Matarles) de Gran Bretaña, ha afirmado:
"Este es un resultado fantástico y una victoria de los más vulnerables de nuestra comunidad. (…) Los parlamentarios han votado de manera abrumadora que la legalización del suicidio asistido supondría poner en peligro la seguridad pública. En su lugar, han emitido un amplio respaldo a unos cuidados paliativos ampliamente disponibles y accesibles.
"El argumento clave que decidió esta votación y las otras similares de la Cámara de los Lores en 2006 y 2009 es muy simple. Facilitar un 'derecho a morir' puede convertirse en el 'deber de morir'. Las personas vulnerables que están enfermas o son ancianas o discapacitadas pueden sentir fácilmente la presión, real o imaginaria, para dar fin a sus vidas para no ser una carga para otros.
"La primera responsbilidad del parlamento es proteger a los vulnerables y eso es lo que han votado hacer hoy".
La Fundación Universitaria San Pablo CEU, Ayuda a la Iglesia Necesitada y el Grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo, organizan el jueves, 16 de diciembre, a las 19:30 horas, el acto "Cristianos Perseguidos: La realidad de Irak" con las intervenciones de: Monseñor Basile Georges Casmoussa, Arzobispo de la Iglesia Católica Siriaca de Mosul y de Monseñor Shaba Matoka, Arzobispo de la Iglesia Católica Siriaca de Bagdad. Este acto, que se cerrará con la lectura de la declaración "Por la libertad religiosa en el mundo", se celebrará en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo (C/ Julián Romea 23, Madrid). Antes de la celebración del acto, a las 18:00 horas, se celebrará una Rueda de Prensa en la que también participarán los dos Arzobispos.
Entre los primeros 12000 firmantes de la referida declaración hay representantes de diversos sectores sociales: líderes de asociaciones civiles, miembros de Reales Academias, periodistas, científicos, catedráticos, diplomáticos, empresarios, políticos, etc. Como el Ex Presidente del Gobierno y Presidente de FAES, José María Aznar; el Vicepresidente de la Comunidad Judía de Madrid, David Hatchwell; el periodista, escritor y académico, Luis María Anson; el ex jugador del Baloncesto y médico del Real Madrid, Alfonso del Corral; el abogado Adolfo Suárez Illana; la ex presidenta del PP en el País Vasco, María San Gil; la periodista Cristina LópezSchlichting; los eurodiputados Jaime Mayor Oreja y Concepció Ferrer; los académicos Juan Velarde Fuertes, Julio Iglesias de Ussel y Rafael Navarro Vals; los diputados Jorge Fernandez Díaz, Eugenio Nasarre e Ignacio Cosido; el senador Luis Peral; el ex presidente del Tribunal Constitucional, Jiménez de Parga; la alcaldesa de Lizarza, Regina Otaola; el Magistrado Jose Luis Requero; el presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga; la ex diputada del PSOE, Mercedes Aroz; y los escritores César Alonso de los Ríos, Ignacio Sánchez Cámara, Amalia Gómez y José Jiménez Lozano, entre otros.
DECLARACIÓN POR LA LIBERTAD RELIGIOSA EN EL MUNDO
El pasado 31 de octubre, mientras se celebraba la misa dominical en la iglesia católica de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Bagdad, un terrible atentado acabó con la vida de cincuenta y ocho fieles allí congregados, incluidos tres sacerdotes. Aquella trágica masacre fue un aldabonazo que abrió los ojos de muchas personas sobre la situación en que viven las minorías cristianas en diversos países de Asia y África. Porque desgraciadamente el atentado de Bagdad no fue un hecho aislado. Las Naciones Unidas han afirmado que "muchos cristianos están en el punto de mira de ataques sistemáticos". Son, en efecto, millones los cristianos que están sufriendo la intolerancia y violaciones continuas del ejercicio de su libertad religiosa. Nadie podría pensar que en el comienzo del siglo XXI esté teniendo lugar un éxodo de personas y grupos de grandes proporciones por motivos religiosos. Y este trágico fenómeno se está desarrollando en medio de un muro de silencio, como si la libertad de creencias no nos afectara y concerniera a todos.
Constatamos, con grave preocupación, que la libertad religiosa está siendo objeto de agresión en los últimos años desde distintos flancos, con creciente virulencia en algunas partes del mundo. A veces se trata de mayorías que imponen su concepción de la vida a las minorías y pretenden eliminar el disentimiento. Otras veces se trata de minorías intolerantes que tratan de imponer a la mayoría un espacio público del que se hayan extirpado las expresiones de religiosidad vivas en una sociedad. Nadie puede pretender que la práctica religiosa quede limitada al ámbito privado.
Ante esta realidad, los abajo firmantes:
Queremos, ante todo, expresar nuestra solidaridad, cercanía y apoyo a todas las víctimas de la intolerancia, de las agresiones y de las persecuciones por motivos religiosos, sea cual sea el credo que profesen. El mundo que proclama la libertad como patrimonio común de la humanidad no puede abandonar a su suerte a quienes están sufriendo la violencia, coacción o discriminación por motivos religiosos.
Manifestamos que la libertad de religión y de creencias es una libertad esencial y un bien precioso para cualquier sociedad, como proclama el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Hacemos un llamamiento a todas las instituciones públicas, organizaciones sociales y personas en general para adoptar una conducta de defensa activa de la libertad religiosa, al ser uno de los pilares en que deben basarse la paz, la justicia y la libertad en el mundo.
Instamos a impulsar en el ámbito internacional iniciativas encaminadas a promover la libertad religiosa y de creencias de todos, personas y grupos, mayorías y minorías, sea cual sea su actitud ante la religión, así como a eliminar toda forma de intolerancia y discriminación por razón de las propias creencias.
(EP/G.I)- La consejera de Sanidad y Consumo, María Ángeles Palacios, ha celebrado el supuesto descenso del número de abortos que comentaba Pajín, ha dejado claro que "no es una buena noticia que sea gracias a la píldora del día después".
Palacios, que ha hecho estas declaraciones en la rueda de prensa que ha ofrecido para hacer un balance de su departamento correspondiente a este año, ha vuelto a insistir en que la píldora "es un paso atrás en todas las enfermedades de transmisión sexual".
"Cuando ya habíamos avanzado mucho y teníamos buenas cifras en infecciones por VIH y Sida, esto será una marcha atrás", ha lamentado la consejera, para después advertir del desconocimiento de las secuelas que podrá tener la píldora, "que se verá dentro de diez años en las jóvenes que están abusando sin control ninguno".
Y es que, ha reiterado Palacios, la píldora del día después "es un abortivo y como tal tendría que considerarse también un aborto, no es clínico sino un aborto farmacológico y no esta contabilizado".
De ahí que haya vuelto a argumentar que no es un buen dato si va acompañado de esta causa, dado que, ha subrayado, "si hubiera descendido el número de abortos pero no hubiera crecido el de personas que han tomado la píldora del día después sí sería una muy buena noticia".
Profesionales por la Ética ha comparecido, a petición de UPN, en la Comisión de Salud del Parlamento de Navarra dentro del trámite parlamentario sobre la Proposición de Ley Foral de Derechos y Garantías de la dignidad de la persona en el proceso final de la vida.
Santiago Díez, portavoz de nuestra entidad, ha sintetizado las alegaciones realizadas a la Proposición de Ley. Díez ha manifestado que la Proposición de Ley foralexpresa textualmente que el médico puede incapacitar de hecho a un paciente si tiene dificultades para comprender la información que se le suministra o si no logra tomar finalmente una decisión; además, se permite la retirada inadecuada de la hidratación y nutrición y, al no diferenciar las sedaciones correctas de las incorrectas, crea todos los ingredientes necesarios para un acto de eutanasia encubierta.
Díez también ha solicitado que no se penalice a los profesionales sanitarios que actúen de acuerdo con la buena práctica médica, ya que la Proposición de Ley no establece límite alguno a la voluntad del paciente (o, en su caso, a la de sus representantes). Igualmente, ha indicado que la futura ley deberá mencionar explícitamente el derecho de los centros sanitarios a que su ideario sea respetado y garantizar expresamente la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, como recoge el derecho y la jurisprudencia constitucional y así como la reciente Resolución del Consejo de Europa sobre Derecho a la objeción de conciencia en la atención médica.
«Recordamos», ha concluido Díez, «la responsabilidad que tiene este Parlamento con sus ciudadanos y el derecho que tienen todos ellos a que se proteja su vida y no se ponga fin a ella de manera deliberada, especialmente en los momentos de mayor vulnerabilidad física y emocional a causa de una enfermedad. ¿Acaso hay vidas humanas de primera y segunda categoría?»
Profesionales por la Ética había invitado para que intervinieran en esta comparecencia dos expertos de reconocido prestigio. Uno de ellos, Álvaro Gándara, médico y presidente de la Asociación Madrileña de Cuidados Paliativos, ha alabado el propósito de garantizar el derecho de todas las personas a recibir cuidados paliativos integrales aunque ha señalado que este derecho no se puede garantizar sino es con una dotación presupuestaria suficiente. También ha solicitado que no se considere la alimentación a o hidratación de una persona como medida extraordinaria de soporte vital.
Igualmente, Gándara ha criticado que la Proposición de Ley defina como «personas en proceso de final de la vida» a las que padecen una enfermedad incurable e irreversible dado que hay numerosas patologías crónicas que no implican proximidad de la muerte. Por último, ha considerado inaceptable que la Proposición de Ley incluya «el derecho de las personas en agonía a recibir sedación paliativa», dado que la sedación paliativa es una maniobra terapéutica sujeta a la buena práctica médica y es sólo aplicable según el criteriomédico oportuno.
El otro experto invitado por Profesionales por la Ética ha sido José Miguel Serrano, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, quién ha explicado que el término «muerte digna» como reclamación de un derecho se asocia a la muerte como la solución más digna para ciertas vidas, normalmente por las condiciones «indignas» en las que una persona se encuentra.
«Esto se ha traducido», ha señalado Serrano, «en atribuir a terceros (normalmente un médico) el poder de poner fin a la vida; y, en otros casos, a supeditar la acción médica a la voluntad suicida y no a la lex artis o buena práctica médica. Toda norma que utilice el concepto muerte digna hace sospechar que se refiere a esto y, por ello, debe asegurar que se trata de garantizar «la atención digna en el proceso de muerte».
«Garantizar la atención digna en el proceso de muerte», ha concluido Serrano, contradice la idea que desprende la Proposición de Ley foral cuando señala que el principal problema con el que se enfrentan los enfermos terminales es una supuesta voluntad ensañadora de los médicos y que la ley sólo debe proteger el cese de tratamientos».
Finalmente, cabe señalar que entre los portavoces parlamentarios que forman parte de la Comisión de Salud en la que se tramita la Proposición de Ley foral no había ningún médico. «Este dato», indica Santiago Díez, «demuestra el carácter ideológico de esta norma».
Además, en el transcurso de la comparecencia el portavoz de Nafarroa-Bai (el partido que ha impulsado la Proposición del Ley foral) ha negado que esta ley impulsara la eutanasia aunque ha reconocido que ellos son partidarios de esta práctica. Igualmente, el portavoz del Partido Socialista de Navarra ha negado el derecho de los centros sanitarios a oponerse a la eutanasia como recientemente ha reconocido el Consejo de Europa.
El ex presidente del Gobierno español José María Aznar dijo hoy en Bogotá que la crisis por la que está pasando España "no se trata sólo de una cuestión económica" ya que "se han puesto en peligro los pactos fundamentales de la transición".
El presidente de honor del Partido Popular (PP) explicó en un encuentro con simpatizantes en Colombia que, en su opinión, hay que volver a "mirar al futuro, no escarbar la arena en las heridas de los españoles de ayer, y expresar la idea de la nación española".
Aznar insistió en que la crisis que está atravesando España no tiene únicamente un cariz económico, al explicar que lo que necesita el país es "inexorablemente un cambio político".
"Es necesaria una gran reforma del Estado y de las administraciones públicas porque políticamente, con la actual conformación del Estado español, es muy difícil proyectarla hacia el futuro", manifestó.
El ex presidente defendió "la necesidad de recuperar la unidad del mercado nacional" porque, a su juicio, España no tiene un mercado sino diecisiete (tantos como Comunidades Autónomas), y "no se puede permitir financieramente esta situación".
"Se ha construido un Estado tan complejo que para cualquier gobierno sería muy difícil gobernarlo, incluso para uno bien orientado", añadió, refiriéndose al Estado de las autonomías.
Sin embargo, Aznar confió en la capacidad de España para salir de la crisis económica y aseguró creer en el futuro del país.
"Hay que recuperar la disciplina, hacer una gran reforma fiscal y del mercado laboral y recuperar la posibilidad de empleo -subrayó-. No podemos permitirnos el lujo de una descapitalización del país ni pagar todos los derechos a los que aspira un español".
Aznar inició en Colombia una gira por Latinoamérica que también lo llevará a Chile con el propósito de reunirse con militantes del Partido Popular en esos países.
Antes de ofrecer estas declaraciones a la prensa, Aznar mantuvo una reunión privada con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuya gestión, iniciada el pasado 7 de agosto, alabó.
En Chile participará en la celebración del aniversario de la Fundación Libertad y Desarrollo junto con el presidente Sebastián Piñera, el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe, el ex gobernante de Bolivia Jorge Quiroga y el escritor peruano y Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa.
La historia de nuestros presidentes del Gobierno está unida por un círculo maléfico de relación entre su acceso a la presidencia y su salida de la misma. Suárez comenzó su presidencia antes de la democracia y terminó su mandato casi sin democracia el 23-F. Calvo Sotelo, cuya preocupación durante la presidencia de Suárez fue que no se rompiera la UCD, salió en las elecciones en las que desapareció la UCD. Felipe González accedió al Gobierno respaldado por una sociedad ilusionada con el discurso del cambio, el progreso y la honradez y se despidió perseguido por el GAL, con un país hundido y envuelto en los mayores escándalos de corrupción. A Aznar se le percibió como presidente el 19 de Abril de 1995 cuando se bajó, con gran aplomo, de su Audi destrozado por el atentado. Cerrando el círculo maléfico de los presidentes, dejó la presidencia tras el atentado terrorista más cruel de la historia de España.
Zapatero llegó al poder de forma extraña en aquellas elecciones celebradas tras el atentado del 11-M. Elecciones raras que tuvieron una jornada de reflexión con las sedes del PP rodeadas por gentes movilizadas a través de, según Rubalcaba, "sms espontáneos". Zapatero conquistó el poder a la sombra de las maniobras de Rubalcaba y, en estos momentos, está más fuera que dentro del poder; el que gobierna España es Rubalcaba. El día que Rubalcaba, en un golpe de mano interno en el PSOE, se aupó a vicepresidente primero, portavoz del Gobierno y continuó de Ministro del Interior, Zapatero fue secuestrado y perdió su posición. Rubalcaba ha anunciado el estado de alarma, ha presentado la candidatura de Alarte a la Comunidad Valenciana –un acto de partido–, habla por él y por todos sus compañeros, monopoliza los telediarios de fin de semana y va a ser amablemente parodiado en el show de Nochevieja de Televisión Española. Zapatero entró de forma rara al Gobierno y está siendo desalojado de la misma manera, rara, por quien lo metió.
DICEN que España no es Grecia, ni Irlanda ni Portugal. Y lo dicen para aminorar la gravedad de la crisis económica entre nosotros. Es verdad. Lo que no quiere decir que nuestra situación, más allá de lo económico, sea necesariamente mejor. Con ser enormes, ojalá las dificultades fueran solo económicas. El problema es que España no es España. Es decir, que no somos lo que tenemos que ser, lo que debemos ser, esto es, lo que somos. Porque toda realidad humana consiste verdaderamente en su plenitud, en su ideal. Es con relación a él como debe ser juzgada y valorada. Y España vive horas precarias, alejadas de su ideal, de su ser. Es inferior, no con relación a otras naciones, lo que no sería acaso muy grave; es inferior a sí misma.
Un síntoma, que no causa, muy reciente es el resultado de las elecciones autonómicas catalanas. El resultado ha sido bueno, desde luego, para el ganador, Convergencia y Unión. Tampoco ha sido malo para el Partido Popular, que ha mejorado sus resultados, los mejores de su historia en escaños. También ha sido bueno para las expectativas electorales generales de la oposición popular: el derrumbe socialista ha sido claro. Pero ¿ha sido el resultado bueno para España? No lo creo. No creo que todos los votantes de CiU sean secesionistas ni que lo sea, sin matices, la coalición ganadora. Pero sería torpe, por falso, ignorar que los ganadores son partidarios de un secesionismo pacífico y gradual, pero secesionismo al cabo. La alegría poselectoral del PP es comprensible, pero desalentadora. Si el objetivo es sustituir al actual presidente del Gobierno, la cosa marcha bien. Si se trata, sobre todo, del bien de la Nación, no cabe afirmar lo mismo. Porque Rodríguez Zapatero no es tanto la causa profunda de los males nacionales, sino solo su más visible síntoma, que, a su vez, no hace sino agravarlos. La invertebración institucional de España, visible para todo el que quiera lealmente ver, es consecuencia de una invertebración nacional radical. Y esta, a su vez, es la consecuencia de una grave crisis intelectual y moral, que padece la sociedad, no solo el Gobierno. Porque mucho es lo malo que compartimos con nuestros aliados de la Unión Europea, pero no poco lo que reviste entre nosotros más agudas y nocivas proporciones. La crisis es europea, y no solo, pero aquí alcanza dimensiones más hondas. El alcance de estas obligaría a revelar aspectos esenciales de la realidad nacional de España. En la superficie, solo se pueden resolver los problemas superficiales. En la hondura, cabe acometer los hondos.
Tengo para mí que es menester revisar la Transición, pero acaso en una dirección opuesta a la que ha pretendido el actual Gobierno. Algunos de los problemas proceden de los errores pasados, errores de un proceso en general acertado e incluso, en muchos aspectos, ejemplar. Otros han sido creados por la torpeza, quizá deliberada, del actual Ejecutivo. Conviene distinguir unos de otros. De los primeros, y me refiero a la política, es decir, a lo superficial y menos grave, quizá el principal sea la mala solución del problema de la configuración del Estado de las Autonomías, o, para ser más incisivo, en la falsa solución del problema de la unidad nacional. Tiene varias dimensiones, incluida la fundamental del deficiente sistema electoral. Urge cerrar el sistema autonómico, la incesante batalla competencial. Y urge hacerlo en una dirección vertebradora y no disgregadora. La unidad de España no es solo un bien político, sino también moral. Entonces no es solo, ni principalmente, la gravísima crisis económica lo que reclama un gran pacto nacional. Es la vertebración de España, su ser como nación, lo que está en juego. Es absurdo intentar contentar a quienes no se van a contentar. Es este uno de los cinco grandes problemas nacionales que España tenía planteados en el albor del siglo XX. Sigue existiendo ahora, incluso agravado. Negar la posibilidad de la secesión es negar la realidad. Y toda realidad negada termina por vengarse. Es cierto que resulta preferible cumplir este imperativo por la vía de la persuasión más que por la de la fuerza. Pero hay poco nuevo. Basta con recordar las palabras de Ortega y Gasset sobre el problema catalán para obtener luz y claridad. Seguimos prisioneros de viejos errores.
Pero, sobre este gran problema, el Gobierno actual ha introducido otros que afectan a la mayoría, por no decir a todos, de los otros cuatro grandes problemas nacionales. Esto forma parte del proyecto fundamental emprendido por el presidente del Gobierno desde que llegó al poder, que aspira a modelar y transformar la sociedad de acuerdo con sus particulares preferencias. Su gestión ha reavivado la cuestión religiosa, por obra de un laicismo militante opuesto a la aconfesionalidad del Estado establecida por la Constitución. La neutralidad religiosa del Estado no consiste ni en el tratamiento igual de lo que de suyo es desigual ni en la asunción de una especie de ateísmo de Estado. El Gobierno también ha reavivado la cuestión escolar, mientras que la Constitución había establecido una solución razonable y que venía funcionando. La educación, al margen de que la función del Estado no deba consistir en determinar su contenido, sino en garantizar el ejercicio del derecho a ella, no puede ser asunto partidista. Incluso, por obra en parte de la crisis, se ha reavivado la cuestión social, que podría, si no se le pone remedio, estallar. Incluso la reivindicación irresponsable de la Segunda República, sin hacer distinciones entre etapas y gobiernos, no ha dejado de alentar reivindicaciones republicanas, como no podía ser de otro modo. Y ya tenemos, más o menos amenazantes, los cinco grandes problemas nacionales.
Así, y parafraseando a Ortega, cabría, paradójicamente, afirmar que si España es el problema España es también la solución. Y no se trata de volver a una tradición perdida, sino más bien de recuperar la idea, el ideal, de lo que España puede ser, debe ser. La idea de una nueva concordia nacional, traducida en un gran pacto político, cobra vigencia. Pero, si no me equivoco, no tanto para superar la crisis económica, sino, sobre todo, para renovar el acuerdo perdido de la Transición. La existencia de una grave crisis económica es patente. La existencia de una profunda crisis institucional no lo es tanto. La de una honda crisis intelectual y moral aún lo es menos. Por mi parte, me encuentro entre los que piensan que el orden y urgencia es precisamente este: crisis moral, crisis institucional y crisis económica. Y, si estamos en lo cierto, la solución transita entonces por ese orden. Y la solución solo puede partir del reconocimiento de la naturaleza del problema y de la evidencia del orden de prioridades. Así, que España no sea Irlanda o Grecia no nos proporciona consuelo especial. Lo que importa es que España sea España, es decir, lo que tiene que ser, lo que es. Y, hoy, el problema reside en que España no es España.
He compartido mesa y mantel con un viejo amigo con el que hace dos decenios también conjugué plató y cámaras. Hablamos de aquellos tiempos, que siempre se idealizan cuando se contemplan a través del tamiz de la distancia, y examinamos los presentes. Lamentamos el bajísimo nivel del actual producto televisivo, la zafiedad como artículo de éxito y beneficio seguro para las cadenas. Y cuando llegamos a las públicas su denuncia fue tan descarnada como profesional: las televisiones públicas son un escándalo. Económicamente irrecuperables, sus contenidos son predecibles y están predeterminados por el poder local; además de tener una plantilla ingestionable.
Todas las televisiones públicas son enfermos terminales con respiración asistida mediante generosísimas partidas presupuestarias aprobadas un año sí y al otro también por los diferentes parlamentos.
El problema es tan diáfano como irresoluble: han sido creadas para difundir en la ciudadanía el mensaje del poder, de modo que su teórico referente de "servicio público" está directamente afectado por la necesidad de alta cuota de pantalla. Razón por la que se emiten programas ajenos a cualquier criterio de utilidad social… y sí de audiencia. Euskal Telebista 2 es un caso paradigmático. Si la ETB se creó fue precisamente para mantener una televisión en euskera… hasta que en Ajuria Enea cayeron en la cuenta de que la audiencia mayoritariamente prefería programas en castellano. Por ello, tragándose la ideología, practicaron lo necesario: ante todo la cuota de pantalla, aunque fuera en la lengua de Cervantes. Los sindicatos blindan sus plantillas hipertrofiadas duplicadas y triplicadas, para el mismo trabajo que las privadas… mientras su productividad es mínima manteniendo unos privilegios inconcebibles que imposibilitan un trabajo necesariamente ágil. Realizar programas en directo en día festivo es hazaña comparable a la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano. ¿Y el servicio público? (mal, gracias).
En una reciente visita a una conocida editorial, durante una conversación sobre el parón de ventas por la crisis, la veterana editora con quien hablaba me dijo: "En el mundo de la cultura no conozco a nadie que no sea del PSOE o finja serlo". Iba a intentar rebatírselo cuando se abrió la puerta de su despacho y la editora me susurró con una media sonrisa: "Chss, que vienen".
En todo caso, el asunto da que pensar. Siendo obvio que existe un amplio grupo de intelectuales y artistas españoles no militantes ni simpatizantes del Partido Socialista, también es cierto que en España da la impresión de que los únicos creadores que realmente cuentan son los de izquierdas. Este hecho no es casual. La apropiación de la cultura como sistema de control político ha sido una operación orquestada desde el PSOE con la inestimable ayuda del Grupo Prisa fundado por Jesús Polanco en 1985.
Desde entonces hemos asistido a la fabricación en serie de una nutrida tropa de intelectuales y artistas de izquierdas, a quienes podríamos llamar los kulturachiks. Son los soldados de la cultura española, que desde la muerte de Franco nos han vendido sus productos libertarios, igualitarios y solidarios, enlatados en modernos formatos y satinados diseños. El prototipo clásico de kulturachik es el escritor publicado en Alfaguara, columnista de El País, tertuliano de la SER, colaborador en la Escuela de Letras y conferenciante de la UIMP.
Un mundo tan pequeño como bien organizado, de apariencia cosmopolita aunque localista en su alcance y, sobre todo, capaz de manufacturar decenas de carreras profesionales todas semejantes entre sí y afines al ideario. Durante años nos han bombardeado con nociones, principios y eslóganes supuestamente útiles para la sociedad española, entre los que había algunas majaderías antológicas. Pero ahí han quedado. Como dirían ellos mismos, para siempre en los anales de nuestro acervo.
Entre tanto, el resto de los intelectuales occidentales, cada vez más interconectados con los del resto del mundo, han seguido una deriva totalmente distinta, propia de los pensadores y creadores que viven en sincronía con el presente. No en vano las primeras potencias occidentales saben que la importancia de una nación requiere estabilidad política, poderío económico, capacidad militar, recursos naturales y productividad. Esto constituye lo que los estadounidenses llaman el hard power, o el poder duro. Pero desde la Guerra Fría la capacidad de liderazgo de un país también se mide por su soft power, o poder blando, que es lo que podríamos llamar la industria cultural, con todas las instituciones y empresas que sirven para definirse, distinguirse y, sí, también venderse ante el mundo. En la escala mundial de países con un buen soft power Estados Unidos ocupa el indiscutible primer puesto, mientras que China ocupa uno de los últimos lugares del escalafón. Pese a lo reacia que es Europa a admitirlo, la cultura popular estadounidense (medios de información, televisión, cine, literatura, música, estilo de vida, moda, etc.) constituye, en gran medida, nuestra cultura occidental, con el inglés como lengua franca y el español en un importante segundo puesto.
La gran tendencia actual de la cultura occidental, emprendida hace décadas y fortalecida con la crisis, es la autocrítica, en todos los contextos intelectuales y artísticos, pero también hay una importante corriente de revisionismo histórico que lleva décadas enjuiciando el fundamentalismo islamista, el estalinismo, el castrismo, los nacionalismos, las dictaduras hispanoamericanas y orientales y, sí, todavía, el marxismo y el nazismo. Con ópticas cada vez más transnacionales, los pensadores y creadores del primer mundo están plenamente dedicados a la ardua tarea de desmitificar Occidente.
Por estas latitudes, sin embargo, nuestros kulturachiks parecen atrapados en una burbuja de solipsismos, psicotecnias, productos partidistas y encargos subvencionados. A decir verdad, son los recursos habituales de la burguesía izquierdista apalancada en su fracaso ideológico. Si los individualismos gloriosos son diminutos y fatigosos, los memoriales justicieros suelen ser sesgados y localistas. Basta recordar que, pasados los años, los mejores ensayos, novelas y películas sobre nuestra historia reciente son de hispanistas, escritores y directores extranjeros, muchos de ellos británicos y estadounidenses.
Para tomar perspectiva hay que moverse, mental o físicamente. Como decía Spencer Tracy en su papel del abogado Drummond en la película Herencia del viento de Stanley Kramer: "Todo movimiento es relativo. A veces, si te quedas quieto, te puedes estar apartando de la realidad sin darte ni cuenta". Por eso seguiremos esperando, impacientemente, a que la izquierda española se mueva para ponerse al día. Mientras tanto, seguiremos opinando sobre su lento ajuste. Y releyendo a Orwell para recordar que si la libertad significa algo, es el derecho de decir a los demás lo que no quieren oír.
El Informe PISA nos suspende. La educación en España roza la catástrofe. Pero hay tres razones que hacen la catástrofe más honda: una, que es la tercera vez en 10 años que pasa esto, o sea que somos tenaces reincidentes; dos, que a la mayor parte de la sociedad le da igual; tres, que esto no es un azar desdichado, sino el fruto directo de un sistema de enseñanza que nuestros gobernantes se niegan a cambiar.
En nuestro naufragio educativo hay razones ideológicas de fondo y conviene ponerlas en claro. El modelo de educación vigente en España desde hace un cuarto de siglo, implantado por el PSOE de Felipe y Rubalcaba, obedece a un objetivo: crear una sociedad igualitaria sobre la base de "valores" supuestamente compartidos por todos. Frente a la escuela tradicional, que enseñaba materias concretas, en sentido vertical, a un alumnado desigual por naturaleza, la escuela socialista aspira a enseñar valores en sentido horizontal a unos alumnos igualados de grado o por fuerza. En ese camino, los psicopedagogos socialistas encontraron una buena herramienta en las teorías de la "escuela comprensiva". Eso fue la Logse. Esta gigantesca operación ideológica no ha sido exclusiva de España; otros países pasaron antes por ella y vivieron sus nocivas consecuencias. Pero sólo España sigue aferrada al modelo.
Causas del desastre
Como la Logse era un fiasco, los Gobiernos de Aznar intentaron cambiar las cosas. Fracasaron. La primera vez, por la oposición de las minorías separatistas. La segunda, por la mala gestión del propio PP, que no acabó el proyecto de Ley de Calidad de la Educación hasta el último año de legislatura y, por eso, no llegó a entrar en vigor. Zapatero lo primero que hizo fue anular esa reforma sin contemplaciones. Y para sembrar de sal el campo, hizo aprobar una nueva ley que no es sino un ahondamiento en los desastres de la vieja Logse.
¿Cuáles son esos desastres? Desterrar el mérito y el esfuerzo; la LOE lo confirmó al permitir el paso de curso con dos asignaturas suspensas. Privar de autoridad a los profesores. No garantizar la libertad de elección de centro; la LOE elevó el problema al cubo al afirmar el privilegio estatal de mediatizar la elección de los padres. Arruinar la formación del espíritu con la amputación de las Humanidades y el destierro de la asignatura de Religión. En definitiva, menos calidad, menos libertad, menos excelencia; más igualitarismo por abajo, más vulgaridad, más control estatal y, evidentemente, más fracaso. En vez de proponer un horizonte de excelencia al que todos puedan llegar, se propone un horizonte de mediocridad del que nadie pueda escapar.
Las soluciones al problema son bien conocidas. Hay que organizar la educación pensando en los alumnos y en la sociedad. La escuela está para impartir conocimientos, no ideología. Es llamativo que los dos puntos negros de la enseñanza en España sean precisamente las dos asignaturas más objetivas y menos ideológicas: Matemáticas y Lengua. Además, si las personas son diversas por naturaleza, habrá que aceptar que los resultados de la educación sean desiguales. La única manera de estimular el aprendizaje es premiar el esfuerzo, así que habrá que reintroducir el concepto de mérito. Como no hay esfuerzo sin autoridad, será preciso subrayar el papel del docente. Y aquí habrá que recordar a las familias cuál es su papel.
Todas estas cosas, que parecen elementales, causan erisipela en las mentes "progresistas". El problema es que su luminoso mundo no termina de amanecer. Y lo que emerge, en su lugar, es un escenario de descomposición social, incultura individual y zozobra colectiva. El gran drama de la izquierda ilustrada española es que su programa regenerador se ha resuelto en el fracaso escolar, el desamparo ético y la telebasura. La izquierda haría bien en preguntarse en qué se ha equivocado. Porque la sociedad española presente es hija de esa izquierda que lleva 30 años (¡30!) ejerciendo el monopolio del poder cultural. Esto que hay lo han hecho ellos.
Lo que sí y lo que no
En cuanto a los proyectos de reforma que abandera la derecha, si se limitan a acentuar el éxito de la formación técnica, so pretexto de "utilidad", tampoco nos llevarán muy lejos. No basta con exigir más en "inglés y nuevas tecnologías". Eso no sirve de nada si no se devuelve a las Humanidades al lugar que merecen. Porque si no sabemos dónde está lo bueno, lo bello y lo justo, ¿para qué sirve lo útil? La tragedia del utilitarismo es que termina siendo inútil. Es lo que pasa con la estúpida pregunta "para qué sirve estudiar Filosofía": estudiar Filosofía sirve para no hacer preguntas tan tontas. La finalidad de la educación no es sólo formar seres útiles para la sociedad, fabricar buenos aparatos; criar bestias eficientes es un horizonte más bien poco prometedor. La educación sirve para cosas mucho más altas. Los griegos veían la formación del ciudadano como una obra de arte. Por eso enseñaban cosas tan poco "prácticas" que han proyectado su sombra durante milenios. Los egipcios, al contrario, limitaban la enseñanza a la instrucción técnica de los escribas; su civilización obtuvo logros, pero desapareció sin dejar rastro vivo.
Lo que la educación socialista propone es un tipo de hombre hedonista y lúdico, una suerte de versión progre del "buen salvaje", sin reparar en que ese hombre, por su absoluta carencia de asideros éticos y conceptuales, lo tiene todo para convertirse en un esclavo voluntario, en un épsilon sin voluntad que flota en el universo blando del consumo. La alternativa tiene que ser una idea distinta y más alta: un hombre que sepa pensar y actuar en contextos complejos, acostumbrado a exigirse y a dominarse, enraizado en una cultura y una patria, con sentido de la justicia para valorar el mérito y la excelencia, con una formación espiritual para saber que el sentido de la vida va más allá del propio apetito individual. Ahí hay que apuntar.
¿Recuerda cuando nuestras autoridades nos explicaban que los terroristas yihadistas eran hijos del subdesarrollo y que sus actos respondían a la invasión de Irak? Pues ahí los tiene, inmolándose tras finalizar sus estudios universitarios en Londres y establecerse en Suecia, el clásico perfil de un pobre de solemnidad, como Osama bin Laden, Aymán al-Zawahiri o Mohamed Atta. Es cierto que Suecia, que ni siquiera es miembro de la OTAN, tiene tropas en Afganistán, pero ni son tantas ni destacan por su combatividad.
Si en vez de escuchar a nuestros dirigentes, incapaces de hacer uso político del terrorismo, nos molestáramos en leer a los islamistas descubriríamos lo que nunca han ocultado: que lo que más temen no son nuestros ejércitos sino nuestra forma de vida. El contagio de nuestros valores, o de la ausencia de ellos, tendría a su juicio efectos devastadores sobre el «auténtico» islam, un ente ideal que nunca existió pero que es incompatible con los procesos de modernización implícitos en la globalización. Nos acusan de proteger a elites políticas «corruptas», en sentido económico y religioso, para controlar sus estados en clave neocolonial. Si ellos tienen problemas no es por su culpa, sino por nuestra injerencia.
Lo de menos es entrar a analizar estos singulares argumentos, lo realmente importante es reconocer dos hechos. El primero es que seremos objetivo de sus acciones terroristas mientras ejerzamos nuestra libertad, porque su posible efecto sobre las sociedades musulmanas es percibido por los islamistas como una amenaza directa a su propia cultura. El segundo es que para ellos el islam no está al otro lado de nuestras fronteras sino allí donde habita un musulmán. Si además esa tierra fue sede de un califato, mancillada por el cristianismo y el moderno laicismo relativista y multicultural, qué le voy a decir que usted no se imagine.
Una de las características de nuestra sociedad occidental hoy en día es su vivencia del tiempo como algo instantáneo: las noticias pasan a toda velocidad, y nos olvidamos pronto de ellas. Las amenazas, ni las intuimos, y en seguida volvemos a lo que nos es más divertido: atacar al Papa, desvelar secretos americanos y demonizar a Israel.
A veces nos damos de bruces con la realidad, como con el atentado del pasado fin de semana en Estocolmo. Esta vez los terroristas consiguieron detonar las dos bombas, aunque por suerte sólo el terrorista suicida falleció en la explosión. Pero esta buena noticia no debe hacernos olvidar que esta vez los yihadistas sí lograron cometer el atentado. Otras veces se han quedado a las puertas como ocurrió con el coche bomba en Times Square en primavera; el envío de paquetes bomba desde Yemen hacia Estados Unidos, interceptados en Gran Bretaña y destinados a estallar en pleno vuelo; o en noviembre, cuando desde Irak los islamistas utilizaron perros con explosivo en el estómago para derribar un avión destino Estados Unidos.
Entre otros, en fase de preparación se abortó un ataque tras la detención de un taxista de Chicago de origen paquistaní en marzo o se desarticuló a un grupo que preparaban atentados ante la visita del Papa a Londres en septiembre.
Además, durante todo el año las fuerzas de seguridad han sido puestas en estado de alarma en varias ocasiones por informaciones lo suficientemente serias. Las últimas importantes han sido dos: en septiembre, cuando parte del centro de París –incluida la Torre Eiffel– fue desalojado tras amenazas creíbles de bomba que incluían el metro. Y pocas semanas después, la alarma se disparó por la posibilidad de atentados indiscriminados en las calles de ciudades de Alemania, Francia y Gran Bretaña, siguiendo el esquema de los atentados de Bombay del año 2008, en el que murieron 160 personas y en el que a punto estuvo de perder la vida Esperanza Aguirre. Este escenario, el de la "yihad urbana", se repite en los planes terroristas cada vez con mayor frecuencia.
Por eso, ahora que se acercan las fechas navideñas, no está de más recordar que están marcadas en rojo para el yihadismo. El 25 de diciembre de hace un año el nigeriano Abdulmutallab logró activar un artefacto explosivo en un avión con destino a Detroit, que solo a él abrasó, pero que buscaba derribar un aparato con casi trescientas almas a bordo. Y en las mismas fechas, se consiguió evitar que en Londres se perpetrara un atentado como el de Bombay, con los terroristas disparando y lanzando bombas en el centro de la ciudad.
El balance es así desolador: sólo el azar o la pericia policial han evitado masacres en nuestras ciudades en este año que termina. Ante ello, más vale mirar la amenaza de frente, porque algún día la suerte no será tan benigna como en Estocolmo.
La Asociación Watani para la Libertad y la Justicia de Léridaha solicitado hoy al ayuntamiento que permita a los fieles de la mezquita de la calle Nord, que actualmente no tienen templo ya que el consistorio lo cerró por superar su aforo, rezar en la plaza Sant Joan, una de las más céntricas de la ciudad.
El portavoz de la entidad, Mourad El Boudouhi, ha explicado que esta misma mañana ha entrado la solicitud en el registro municipal y ha asegurado que si esta petición fuera denegada su asociación se planteará denunciar al consistorio ante la Justicia.
"Si no encontramos colaboración de parte del ayuntamiento vamos a actuar. Miraremos qué vías legales podemos iniciar para conseguir el derecho de tener un lugar digno para rezar. Es posible que denunciemos al ayuntamiento si no nos autorizan a rezar en la plaza Sant Joan", ha señalado.
Para El Boudouhi, si el consistorio ha dado permiso a la comunidad para rezar en el parque de los Camps Elisis tiene que autorizar también que se pueda rezar en la mencionada plaza, que se encuentra integrada al eje comercial de la ciudad.
Aunque si la comunidad fuera autorizada a rezar en dicha plaza los fieles que acudieran a las oraciones comunitarias también tendrían que orar en la calle, como pasa ahora en los Camps Elisis -donde sólo se encuentran resguardados por una gran marquesina-, El Boudouhi asegura que la plaza "es un lugar más digno".
Además, considera que si los fieles rezaran en dicha plaza se encontraría una solución más rápida a la falta de una mezquita que pueda acoger a toda la comunidad musulmana.
"La plaza Sant Joan continúa siendo la calle pero en los Camps Elisis estamos muy aislados, es como si nos quisieran olvidar. Los dos son espacios públicos, pero creemos que es más eficaz que la comunidad musulmana rece en la plaza, daría resultado", ha asegurado.
Por otro lado, El Boudouhi ha explicado que considera que Lérida "se encuentra en un 'estado de emergencia' debido al hecho de que no se respetan el derecho de la comunidad musulmana a tener un sitio digno para rezar".
Por último, El Boudouhi ha explicado que ha invitado al ayuntamiento, a la junta de la mezquita de la calle Nord y al grupo de la oposición en el consistorio (CiU), a participar en una mesa de diálogo para encontrar una solución al problema de la falta de una mezquita en Lleida.
El Boudouhi, que propone que dicha mesa se reúna el 21 de diciembre, ha explicado también que solicitarán al ayuntamiento que adelante la aprobación del plan urbanístico sobre centros de culto con el fin de poder planificar con tiempo la ubicación de futuras mezquitas.
La dirección del PSOE ha presentado este miércoles una campaña para animar a más de dos millones de extranjeros -de ellos, 1,7 millones de países miembros de la UE-- a inscribirse para votar en las elecciones municipales del 22 de mayo, con eslóganes como "Que tu voz se oiga", "Por tus derechos y los de los tuyos" y "Contra el racismo y la xenofobia".
"No estamos pidiendo que nos voten, estamos pidiendo que voten", ha dicho en la presentación la secretaria de Política Internacional y portavoz del comité electoral del PSOE, Elena Valenciano. No obstante, tanto ella como el secretario de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, han llamado a los extranjeros a participar en las elecciones como vía de "integración", de construcción de la cohesión social y de "contestar a los que intentan ganar elecciones inoculando el miedo", en palabras de Zerolo.
Según Valenciano, apelar al voto del miedo es precisamente lo que está haciendo el PP, como se demostró en las recientes elecciones catalanas donde, según ha dicho, la candidata 'popular' aparecía en un videojuego donde "exterminaba" inmigrantes. "Estamos convencidos de que esa va a ser la línea del PP", ha remachado.
De hecho, ha aprovechado para reprochar a este partido que ayer martes apoyase en la Eurocámara la llamada directiva de permiso único -finalmente rechazada por unos 40 votos de diferencia_que promovía "el dumping social" y pretendía excluir "de una parte importante de derechos a los trabajadores inmigrantes". "Ese es el PP que dice que viene", ha remachado.
Desconoce la intención del voto del colectivo
No obstante, ha asegurado que el PSOE no tiene estudios de intención u orientación de voto de los inmigrantes en España, pero considera "importante" que ellos mismos decidan si quieren apoyar la línea que propugna el PP. "Es su libertad de decisión lo que suceda con su voto, pero nosotros queremos que voten", ha remachado.
La campaña del PSOE, que costará 150.000 euros, se desarrollará entre el 15 de diciembre y el 15 de enero y constará de anuncios en espacios y medios de comunicación destinados a extranjeros, con fotografías y cuñas radiofónicas cuyos protagonistas son militantes socialistas procedentes de otros países. El PSOE ha puesto en marcha también una web (www.inscribeteparavotar.es) donde informa de los pasos que deben seguir para registrarse.
Las cuñas no piden el voto para el PSOE, pero sí se menciona al partido, ya que la campaña pretende, además de animar al voto, que se identifique al PSOE con el reconocimiento de este nuevo derecho a los más de 350.000 extranjeros con los que se han firmado convenios de reciprocidad.
Los dirigentes socialistas han admitido que el voto extranjero es un "porcentaje importante" en algunas zonas, especialmente en la costa y en las grandes ciudades, y se ha marcado como territorios prioritarios la Comunidad Valenciana, la de Madrid y la Región de Murcia, junto a las grandes ciudades.
El 15 de enero termina el plazo que tienen para inscribirse en el Censo de Residentes Extranjeros (CERE) los 350.287 extranjeros de nueve países cuyos gobiernos han firmado convenios de reciprocidad con el español para poder participar en las elecciones municipales y que acumulan cinco años de residencia en España: 168.639 ecuatorianos, 95.192 colombianos, 38.244 peruanos, 27.502 bolivianos, 10.078 chilenos, 6.027 noruegos (les basta con tres años de residencia), 4.305 paraguayos, 152 islandeses y 148 neozelandeses.
Los nacionales de países de la UE, en cambio, podrán inscribirse en el censo hasta finales de abril, cuando termine el periodo ordinario de actualización del censo para los comicios del 22 de mayo. Según el PSOE, la tasa de participación de los extranjeros comunitarios en anteriores elecciones varía mucho según las regiones, pero los datos muestran que, en el conjunto de España, menos de una cuarta parte están inscritos para votar.
De hecho, de un total de 1,7 millones de europeos comunitarios mayores de 18 años, sólo 365.000 están empadronados e inscritos en el censo. Otros 800.000 están empadronados y 535.000 no figuran ni en el censo ni en el padrón. De esta cantidad, una cifra muy importante son rumanos (312.941 empadronados y 81.469 registrados para votar) y búlgaros (57.882 empadronados y 15.788 inscritos).
Intentará resolver los problemas
Durante la presentación, los dirigentes socialistas han asegurado que el PSOE hará las gestiones que sean necesarias para intentar resolver los obstáculos con que se están encontrando los extranjeros que están intentando hacer los trámites para registrarse. Una de las quejas más frecuentes es que los inmigrantes que no tienen aún su tarjeta de residencia permanente pero cumplen el requisito de los cinco años necesitan un certificado de la Policía que, por ejemplo en Madrid, sólo se expide en una comisaría.
La campaña socialista se dirige también a los 380.000 nuevos españoles que han adquirido la nacionalidad desde las anteriores municipales y autonómicas, para que comprueben sus datos en el censo.
Según Zerolo, con esta campaña "potente" y "valiente" incentivando a los extranjeros a votar el PSOE pretende dar continuidad a su discurso a favor de la diversidad y de la integración frente a los "discursos preocupantes" que a su juicio están surgiendo en España y en la UE. El PSOE, ha asegurado, seguirá potenciando esa línea de diversidad incorporando a sus listas a candidatos de origen no españo
La subasta Cesur produce un incremento del 4,7% en la factura de la luz. A ello hay que sumarle las partidas con las que el Gobierno compensará a las centrales perjudicadas por el apoyo al carbón nacional. Por lo tanto, el aumento que veremos en el recibo de enero será de alrededor en torno al 10%.
A pesar de las fuertes subidas, que las eléctricas justifican por los mayores precios de los combustibles, no se recortará el déficit de tarifa. Éste se financia a través de la cuota de acceso o los peajes, algo que el Gobierno ha decidido congelar.
En la memoria de esta norma, que dictaminará la Comisión Nacional de la Energía, el Ministerio de Industria reconoce de antemano un déficit de tarifa de 5.000 millones de euros, cuando la ley solo permite para ese año 2.000 millones.
De confirmarse el incremento, señala la organización, el consumidor habrá acumulado desde 2008 un encarecimiento en la tarifa cercano al 50% y se habrá visto obligado a desembolsar 222 euros más al año para afrontar este coste.
La subida, la primera de 2011, se sumaría a las ya aplicadas en 2010, del 2,6% en enero y del 5,3% en octubre, a las que debe añadirse el incremento del IVA. En julio, el Gobierno congeló la tarifa tras alcanzar un acuerdo con el PP para la revisión de costes del sistema.
OCU recuerda que "tradicionalmente se venía argumentando que la electricidad era en España más barata que en otros países", pero "los datos desmienten esta idea", ya que el último informe de Eurostat ya sitúa a España por encima de al media.
"Si se confirma esta subida, los consumidores españoles podrían llegar a tener la factura más cara de la Unión Europea, sólo por detrás de Alemania y Dinamarca", afirma la OCU.
La organización dice haberse peusto en contacto con Industria para pedir la congelación de la tarifa para 2011 debido a la "excepcional situación de la economía doméstica" y para que se mantenga el nivel actual de precios "mientras no sea posible garantizar una competencia real en el sector".
En rueda de prensa tras la reunión de este miércoles de la Comisión, Burgos ha recalcado que el PP apuesta porque los trabajadores amplíen su vida laboral más allá del límite legal de manera voluntaria y "fuertemente incentivada", y ha advertido que elevarlo de manera obligatoria tendría "efectos perversos" y crearía "bolsa de parados viejos".
Por contra, ha abogado por otras vías como desincentivar el abandono prematura del mercado laboral, limitando el "uso abusivo" de las prejubilaciones, y ha apuntado que si el Gobierno abandona su postura y acepta confirmar los 65 años como edad legal será "relativamente sencillo" alcanzar un acuerdo "sin redacciones ambiguas".
La interminable reforma de las pensiones cumple una nueva etapa: el Pacto de Toledo hará una recomendación genérica al Gobierno para retrasar la jubilación y ampliar el período de cálculo. Nada nuevo: los partidos están decididos a rebajar las pensiones, pero parece que no se atreven a reconocerlo.
El último informe que el Tribunal de Cuentas ha publicado sobre la gestión del Gobierno de Aragón en 2004 y 2005 arroja gran desconfianza sobre la gestión realizada por el Ejecutivo que lidera el hoy secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias.
La mayoría de las irregularidades que ha detectado el exhaustivo análisis del máximo órgano fiscalizador del Estado están relacionadas con la adjudicación de subvenciones o contratos públicos que no han sido convenientemente justificados y, entre ésos, uno adjudicado por valor de 1,4 millones de euros de forma directa por la candidata del Partido Socialista a presidir la comunidad, Eva Almunia, cuando ésta era consejera de Educación del Gobierno regional.
El contrato tenía por objeto la redacción del proyecto de reforma y ampliación del Museo Pablo Zaragoza. "No se acreditó fehacientemente que los adjudicatarios de los contratos fueran los únicos capaces de realizar las prestaciones", sentencia el Tribunal, que también advierte de que Eva Almunia visó una factura de más de 23.000 euros a la empresa contratada que no debió ser abonada.
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